Ante un panorama difícil económicamente para este 2017, se prevé que exista un crecimiento en el número de personas que, obligados por su situación de pobreza y carencias, busquen emprender el viaje hacia Estados Unidos, sin importar los riesgos a los que se enfrenten. Anastasio Hidalgo Miramón, padre quien dirige el colectivo Monseñor Óscar Arnulfo Romero, dijo que la zona mixteca ha sido desde siempre un lugar expulsor de migrantes, no sólo en la entidad poblana, también la oaxaqueña y la guerrerense, dinámica que no se ha frenado al correr de los años. Mencionó que la falta de oportunidades en la zona ha sido caldo de cultivo para que la migración sea la alternativa para muchos, pues ni siquiera el campo les permite a los habitantes de la Mixteca tener un ingreso que cubra sus necesidades, debido a que no llueve con la suficiente regularidad y los temporales no son buenos. A esas situaciones se debe agregar que la violencia ha crecido y se vuelve uno de los mayores factores para que la gente decida salir de sus lugares de origen, para buscar sitios donde puedan vivir en paz. Asimismo, indicó que el que haya ganado Donald Trump en Estados Unidos no frenará a los mexicanos, ya que seguirán buscando llegar al país del norte. "La migración no va a parar". No obstante, admitió que las condiciones para los connacionales en ese país son cada día más complicadas y con el inicio del período presidencial de Trump podrían ser peor, por lo que pidió a la feligresía a tratar con respeto a los migrantes y apoyarlos en la medida de lo posible. Indicó que en el caso de la parroquia Preciosa Sangre de Cristo, la cual dirige, reciben no sólo a los viajeros hondureños y guatemaltecos que van con rumbo al norte, sino que también a quienes regresan de la travesía, que son los que trataron de pasar pero no pudieron, estos suelen ser migrantes de Oaxaca o de Chiapas. Comentó que las historias que relatan los migrantes que atienden son relativamente parecidas, la pobreza, la miseria y la falta de oportunidades los obligaron a salir de sus hogares, aunque son principalmente varones jóvenes quienes viajan, también hay mujeres; mientras que a los niños los esconden como una manera de protegerlos, a ellos no los llevan a la parroquia pero sabe que viajan con ellos. |