Debe celebrarse al amor todos los días: párroco

Ausencio Hernández Acevedo, rector del templo del Perpetuo Socorro de Acatlán, refirió que el amor debe ser el motor de todo ser humano

Debe celebrarse al amor todos los días: párroco
Archivo Enfoque | El párroco ejemplificó que a través del noviazgo debe lograrse un buen matrimonio. Debe celebrarse al amor todos los días: párroco

Ausencio Hernández Acevedo, integrante de la Comisión de Comunicación Social de la Diócesis de la Mixteca, rector del templo del Perpetuo Socorro, afirmó que aunque es válida la celebración del Día del Amor y la Amistad, ésta no debería ser sólo el 14 de febrero. Como ejemplo señaló que a través del noviazgo, los enamorados deben conocerse para lograr un buen matrimonio.

El sacerdote refirió que el amor debe ser el motor de todo varón y mujer que quiera conocerse.

"Yo creo que por la misma edad, por las circunstancias que tenemos en este tiempo, a veces se violentan demasiado los jóvenes y se aproximan rápidamente al noviazgo y al matrimonio, por lo que no hay mucha reflexión y reinan más los sentimientos que las convicciones de dos persona que se quieren, pero luego vienen los fracasos en el matrimonio", dijo.

Sin embargo, no dudó en felicitar a los enamorados por este acontecimiento y hacerles la invitación de tomar las cosas con mayor madurez, con decisión personal, que los aboque a formar una buena familia.

Hernández Acevedo refirió que hace poco el Papa Francisco dijo que el mundo no va a cambiar si no cambia la educación, y ésta parte del seno de la familia, por ello es interesante recordar a los jóvenes que celebran el Día del Amor y la Amistad que piensen qué quieren para sus vidas, porque los novios que se buscan desde el respeto mutuo pueden forman un excelente matrimonio.

Agregó que cuando los jóvenes acceden a contraer matrimonio deben estar seguros de lo que hacen, pues es un acto de amor que se debe procurar todos los días; además, hizo un llamado a las parejas que se encuentran en unión libre.

Dijo que deben conciliarse con Dios y unirse como él siempre ha querido, para que de esta forma se puedan integrar familias con la bendición de Dios.