Aunque la leche Liconsa es de primera necesidad para un crecimiento óptimo de los niños, por cultura las familias prefieren comprar refresco antes que el lácteo, admitió Juan de Dios Bravo Jiménez, gerente de esa dependencia en el estado, quien señaló que se hace labor de convencimiento para revertir la situación.

El entrevistado comentó que el tema es alimentario y la leche es sólo una "punta de lanza" del gobierno federal, que busca mejorar la nutrición en los pequeños y en adultos mayores, pues a veces es lo único que consumen en el día; no obstante, donde hay una mejor economía, la desdeñan.

Explicó que durante sus recorridos por el estado ha detectado que pese a la pobreza, las familias tienen aunque sea un alimento al día, aspecto relacionado con el apoyo del resto de los programas; incluso en los lugares más recónditos se ha hecho un hábito el consumir refresco.

Comentó que el tema no es de ámbitos rurales o urbanos, en ambos se nota la misma tendencia, prefieren comprar un refresco de 2 litros a un precio promedio de 25 pesos, que un litro de leche Liconsa, que cuesta menos de 5.50; pierden de vista que el refresco es más dañino que beneficioso en el desarrollo de los infantes.

Dijo que lo cierto es que en algunas zonas se consume más refresco que leche, y en eso también tiene que ver la mercadotecnia, por ello uno de los retos es acercar las lecherías a las familias lo más que se pueda, así que en Tehuacán hay un promedio de 23.

Además, para este año se espera que aumente el número de beneficiarios al menos 10 por ciento. A la fecha la cifra es de 17 mil en todo el municipio, y aunque el tema de los recortes preocupó al organismo, cuando el año comenzó la instrucción fue de seguir creciendo.