Martes 14 Marzo 2017

Desde la Central de Abasto de la ciudad de Puebla se distribuye huevo procedente de Estados Unidos que no cumple las normas de sanidad, hecho que pone en riesgo la salud de los poblanos, aseguró Jorge García de la Cadena, presidente de la Asociación de Avicultores de Tehuacán.

Indicó que más allá de la competencia desleal para los empresarios locales del sector, lo fundamental es que se alerte a los ciudadanos que no deben consumir ese producto, porque el huevo importado desde los Estados Unidos debe mantenerse en refrigeración en toda la cadena de distribución, hasta el consumidor final.

Esto último no se cumple, pues desde que entra a tierra mexicana se corta la cadena de refrigeración y empieza un proceso de descomposición en el producto. El entrevistado dijo que el comercializador compra ese producto en alrededor de nueve pesos el kilo, pero lo vende al mismo precio que el huevo local.

La Asociación de Avicultores tenía referencia sobre esto desde el mes de febrero de este año, pero fue hasta marzo cuando lograron evidenciar que el producto estadounidense se está consumiendo en territorio nacional, en particular en el estado de Puebla. Se calcula que en promedio entraron al país, en ese lapso, 13 mil 500 cajas de huevo importado.

Afirmó que la producción local del huevo para plato es normal y hay garantía de abasto, por ello no se entiende que lo hayan importado. Ante esto, pidió una investigación, porque afirmó que se está jugando con la salud de la población, a la par de que pone en riesgo la avicultura local, pues hace poco se tuvo un brote de gripe aviar en Estados Unidos y el no saber de dónde procede el huevo que se comercializa los pone en alerta.

Señaló que el huevo importado es más pequeño y su la yema es de un color menos amarilla de lo habitual. En comparación con el huevo local, dijo que el señalado se trata de un producto de segunda en los Estados Unidos, que ni siquiera ellos (los estadounidenses) comen. 

Añadió que sobre el tema se envió un documento dirigido a la Secretaría de Salud federal, al secretario de Economía, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), y además se solicitó la intervención de la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), debido a que –insistió– el asunto pone en riesgo la salud de la población.