En Tochimilco se respira fuerza, esperanza, pero también intranquilidad. Todas sus iglesias, viviendas e inmuebles de importancia cultural están afectadas tras el sismo de 7.1 grados del pasado 19 de septiembre. La mayoría de las casas tuvo cuarteaduras, pero los habitantes agradecen a Dios que no haya ningún muerto pues todos pudieron salir a tiempo. "Se nos cayó una pared, se rompieron mis vasos, platos, pero estamos vivos, que al final de cuentas eso es lo que de verdad importa", compartió María Azucena García. Algunos de los habitantes de Tochimilco perdieron parte de sus viviendas cuando se les cayeron paredes; sin embargo, nadie ha tenido que pasar la noche en la calle, gracias a la ayuda de vecinos, familiares y amigos que han brindado su apoyo. En un 70 por ciento (según cuentas de los vecinos) las casas están hechas de block, cemento y con el techo de lámina; asimismo, esperan que pronto puedan volver a construirlas con apoyo que el gobierno se comprometió a dar. "Unas señoras se quedaron sin cama, cuando se cayó su techo se rompió la base, pero se ha visto la ayuda, se van a vivir temporalmente con sus familiares o entre vecinos han ofrecido sus casas", mencionó Juana Galindo. Es una comunidad muy religiosa llena de tradiciones, un gran porcentaje de los pobladores se dedican a la venta de nieves artesanales, pan quintalero, cocol de panela y la cestería. Tochimilco es la cabecera municipal de 10 juntas auxiliares: La Magdalena, Santa Catarina, Santa Catalina, San Martín Zacatempan, Santiago Tochimizolco, San Miguel Tehuanipa, Santa Cruz Cuautimatipa, San Antonio, San Lucas Tulcingo y San Francisco, en todas hubo daños en viviendas. A causa del acordonamiento de su zona centro, los pobladores salieron a vender en el mercado que se instala en el Zócalo, "la vida sigue" dijeron los comerciantes. Su presidencia municipal está cerrada "ya que no hubo muertos, se dieron el lujo de cerrar, hasta el momento no hemos necesitado alguno de sus servicios", explicaron los habitantes del lugar. VoluntariadoDesde la entrada de Tochimilco se pueden ver camionetas llenas de víveres, hay dos Centros de Acopio que instaló el Ayuntamiento, uno en la secundaria "Jaime Torres Bodet" y otro en el kiosco. Los vecinos pidieron que no se dejen las despensas en esos lugares pues los están resguardando en vez de darlos a las juntas auxiliares más necesitadas. Asimismo, se han solidarizado pues cuando llega gente a ofrecer víveres y ya tienen lo necesario se niegan a aceptarlas y dan direcciones de gente que no han recibido ayuda, algunos hasta se ofrecen a llevarlos. La ayuda con respecto a víveres ha sido la necesaria, "hasta ha sido de más", dijeron los pobladores, el error es que no han sabido cómo organizarse para dársela a todos los pobladores. Como agradecimiento algunos puestos le ofrecen comida gratis a los voluntarios y en las casas han puesto cartulinas que dicen: "Gracias por tu ayuda, no lo vamos a olvidar". Ante el aviso de los pobladores, los voluntarios llevan sus cajas con productos hasta las casas de los damnificados, algunos dan productos perecederos y otros dan dinero en efectivo para que puedan reconstruir sus viviendas. Sin embargo, las continuas visitas han causado problemas en la comunidad. "A todos los que nos han venido a ayudar les agradecemos, pero ya van varias veces que pedimos ayuda de nuestros policías y nos dicen que no pueden, que están escoltando a los tráileres con ayuda, a las camionetas que nos vienen a dejar víveres y eso creemos que está mal, de verdad agradecemos lo que nos dan pero la policía no se debe de olvidar de nosotros", mencionó María Apolonia, habitante del lugar. Rescataron imágenes de capilla derrumbadaLa gente llora cada vez que pasa por las iglesias de su pueblo, se arrodilla y pide a sus santos que no vuelva a temblar de esa manera. La Parroquia de Santa María de la Asunción, la Iglesia del Señor del Calvario, la Capilla del barrio de Xaxalpa y la Capilla de San Juanito en donde veneran a San Juan Bautista, tienen severas fracturas, está última se derrumbó y estaba por cumplir 200 años desde su construcción. En San Juanito hay niñas que le preguntan a sus madres: "¿qué pasó, ya no iremos a la iglesia?"; mientras los adultos mayores lamentan el hecho, incluso las imágenes que pudieron rescatar las pusieron en la entrada de la capilla con flores llamadas aretes. La campana de la capilla está atrapada y los vecinos quieren retirar los escombros para ver si pueden salvar otra imagen, pero las autoridades se lo prohibieron. "Estos días no hemos trabajado, bien podíamos adelantar el trabajo, quitar escombro, levantar nuestra parroquia pero el INAH no nos dejó, solo vino, tomó fotos y se fue", señalaron los vecinos. Aunque se les prohibió entrar a los pobladores, no quisieron suspender la palabra de Dios, el domingo decidieron tomar misa en la calle. En el caso de la Parroquia de Santa María de la Asunción, sus arcos y sus cúpulas se dañaron, este lugar data del siglo XVII y fue hecha por la orden de los franciscanos. Hasta el momento, el INAH no ha dado un dictamen oficial para los centros religiosos, lo cual le preocupa a los habitantes ya que hasta ellos saben que si no se trabaja de inmediato pronto la estructura podría caer. Temen réplicasLa gente por las calles camina mirando hacia arriba, todo el tiempo están viendo los techos, tratan de no caminar junto a cosas viejas, van con cautela, tienen miedo. "Creímos que no la íbamos a librar, las iglesias cayéndose, las casas viejas rompiéndose, se sintió horrible, nunca queremos a volver a pasar eso", afirmó Mary Nava, habitante del lugar. Afuera de las casas se pueden ver a las mujeres con niños en brazos, dicen que tratan de estar el mayor tiempo posible en la calle por si vuelve a temblar. Los más pequeños no tienen dimensión de lo ocurrido, están felices por no tener clases, aunque saben que regresarán hoy lunes a las aulas; sin embargo, sus padres tienen miedo, han revisado los salones, que las grietas no sean peligrosas y principalmente que las vidas de los pequeños no peligren. "Nos da tanto miedo que se caigan las escuelas, aquí no se vieron atrapados, ni muertes, pero nos aterra que por no revisarlas bien nuestros niños peligren, no sabemos si los llevaremos a la escuela", dijo una madre de familia. Ante ello, grupos de arquitectos de la capital poblana han decidido acudir al lugar y marcar las bardas que son posibles a colapsar, con aerosoles escribían la palabra "peligro". Observaron la zona, detectaron y creen que la capilla de San Juanito ya no se podrá salvar y se comprometieron en brindar apoyo para la reconstrucción. Con el grupo de arquitectos llegó una psicóloga para atender casos de ansiedad, un traumatólogo para atender a lesionados tras el sismo y un urbanista que apoyó en detectar grietas peligrosas. En todo el pueblo se ve la presencia de militares, voluntarios y gente que está regalando víveres, es visible el altruismo y el apoyo de los ciudadanos. El municipio está fuerte, sigue en pie, la mayoría administra su despensa, guarda dinero, busca alternativas, pues están consientes de que el verdadero reto, la cuesta hacia arriba está por empezar. |