Mantiene cultivo de chía proceso tradicional

Pese a los escasos recursos por falta de apoyos a la producción de alimentos, la experiencia y el aprovechamiento de la mano de obra son los principales mecanismos para que los campesinos de Tochimilco y Atzitzihuacán produzcan y comercialicen chía; la primera demarcación destaca como generadora de este alimento a nivel nacional.

Las actividades agrícolas equivalen a un 85 por ciento de ingresos para los campesinos de estos municipios. Así, para poder aumentar sus ganancias suman a sus cultivos la siembra de maíz, frijol y hortalizas, que no generan altos ingresos como la chía y el amaranto, de esta forma equilibran su economía.

Lo anterior se desprende del estudio Proceso de Producción y Mecanismos de Comercialización de Chía (Salvia Hispánica L) por Familias Campesinas de los Municipios de Atzitzihuacán y Tochimilco.

Algo que caracteriza la producción de chía por pequeños productores es el poco uso de tecnología, lo cual significa nulo daño al medio ambiente, ya que elaboran sus propias herramientas según los recursos a su alcance y lo que requiera el cultivo, por ello recurren a la fuerza animal conocida como yunta u otras, como el arado, rastra y cultivadora; sólo el 8 por ciento cuenta con tractor.

Las prácticas de producción de agricultura tradicional parten de conocimientos y experiencias heredadas de generación en generación, pues al ser familias numerosas al menos dos de los integrantes deciden dedicarse a la producción de chía.

Por otro lado, el que los mismos integrantes de la familia colaboren en esta actividad y la tierra les pertenezca es una un elemento favorable para sus ingresos porque al no utilizar insumos bajan los costos de producción y aumenta la rentabilidad.

El artículo publicado en la revista Nova Scientia, por estudiantes de la Universidad Iberoamericana y el Colegio de Posgrados, señala que el costo de producción promedio es de 7 mil pesos y el valor aproximado es de 30 mil 500; en tanto, para comercializar su producto realizan su venta, distribución y transportación, aunque también es para consumo propio.

El trueque es otra forma de ofrecer la chía, aunque prefieren el efectivo vendiéndola en mercados cercanos a sus localidades o a compradores de regiones aledañas, así como a minoristas que comercializan semillas y granos a mayoristas.

Los investigadores Tania Muñoz Máximo, Ignacio Ocampo Fletes, Filemón Parra Inzunza, Juana Cervantes Vargas, Adrián Argumedo Macías y Susana Cruz Ramírez, concluyen que esta práctica agricultora debe valorarse por ser tradicional que aporta a la cultura y no daña al medio ambiente; además existe un problema de intermediarismo que los mismos productores tratan de resolver creando organizaciones.