Alcalde ocultó deuda de 1.4 mdp a la CFE

Tras sostener un diá­logo con los represen­tantes de la Secretaria General de Gobierno (SGG) sobre la falta de agua potable, habitantes de Cuyoa­co decidieron bloquear la carre­tera federal Amozoc-Nautla y la supercarretera Teziutlán- Virreyes; incluso se enteraron que el problema no se debía a una bomba quemada sino a un adeudo a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por 1 millón 441 mil 528 pesos.

Fue la noche del pasado domingo, que habitantes del lugar prendieron fuego a una patrulla de la Policía Municipal, cuyas llamas alcanzaron parte del edificio de la alcaldía, mientras que una segunda unidad oficial fue volcada y tuvo algunos daños, con esas acciones los poblado­res mostraron su inconformidad, debido a que el edil incumplió con la reparación de la bomba, con la cual se abastece gran par­te del municipio; no obstante, durante el avance de éstas mani­festaciones, se habrían enterado de otras problemáticas.

Durante la mañana de ayer lunes, se reunieron con repre­sentantes de la SSG, misma auto­ridad intento crear un dialogo con los manifestantes, quienes se negaron a abandonar estos actos de presión, hasta que se diera la renuncia del actual alcalde José Luis Rechy Tirado.

En el lugar dieron a cono­cer que fueron engañados por el edil, puesto que éste les dio a conocer que el problema de la falta de agua que ha afectado a colonias, barrios y comunida­des durante casi un mes, radi­caba en que la bomba se había quemado cuando se trata de un adeudo con la CFE por casi 1 millón 500 mil pesos, misma cantidad que debió ser cubier­ta ante del 27 de junio.

Por este motivo, cerca del mediodía de ayer, los habitantes colocaron piedras y llantas, pri­mero sobre la carretera federal Amozoc-Nautla, así como algu­nas desviaciones hacia otros pun­tos de la zona y posteriormen­te cerraron la supercarretera Teziutlán-Virreyes, impidiendo el paso de los vehículos, a excep­ción de ambulancias, a las cuales abrieron la vialidad.

En el lugar prendieron fuego a llantas, como medida de pre­sión, a fin de que la autoridad municipal les brinde una solu­ción, pero también esperan la renuncia del munícipe, a quien acusan de hacer mal de uso de los recursos que los pobladores aportan para recibir el vital liqui­do, los cuales no han sido utiliza­dos de manera correcta.