Exigen justicia familiares de los dos linchados en Acatlán

Doña Elia, madre y abuela de las víctimas, señaló que Alberto Flores de 43 años de edad y Ricardo de 21 años salieron a visitar a una tía

Con mirada profunda y perdida en el resentimiento, el coraje, en la impotencia de no haber podido hecho nada para salvar a su hijo Alberto Flores y a su nieto Ricardo Flores, Elia García Mejía llora frente a dos ataúdes, pide justicia a las autoridades por la muerte injusta e inhumana de sus familiares, a quienes vio partir la mañana del miércoles 29 de agosto.

Doña Elia, madre y abuela de las víctimas, señaló que Alberto Flores de 43 años de edad y Ricardo de 21 años salieron el miércoles con destino a la comunidad de San Vicente Boquerón para visitar a una tía y realizar compras; además, aseguró que eran personas de bien y su único error fue "tomarse sus cervecitas".

 

La madre y abuela piden justicia a las autoridades y que Dios perdone a las personas que cometieron este brutal asesinato, pues no les dieron tiempo de defenderse y de realizar las debidas investigaciones para confirmar que en verdad estaban cometiendo un delito.

José Guadalupe Flores Rodríguez, hermano y sobrino de las víctimas, recordó su impotencia al no poder luchar contra la multitud de personas que exigían justicia por su propia mano.

El joven cuestiona: "¿dónde están esos padres de familia de los niños secuestrados?, ¿dónde están esos tres niños?, ¿dónde están las personas que los denunciaron?".

Con un nudo en la garganta, recordó que pidió hablar con el comandante de la Policía Municipal y le dijeron que no estaba, acudió a las oficinas de la Presidencia Municipal y le dijeron que fuera con El Canelo, que él vivía rumbo a Amatitlan, entre su desesperación señaló que nunca perdió la esperanza de que todo se esclareciera.

Fue cuando vio que la camioneta de su tío estaba siendo incendiada, cuando le marcó a su mamá y le dijo que estaban quemando la camioneta y su mamá, quien había visto la transmisión le preguntó: ¿dónde están los cuerpos?, a lo lejos, el joven pudo ver que su tío y su hermano ardían en llamas, ya muertos y la gente se alegraba, aplaudiendo y grabando con celulares, como si se tratará de una gran hazaña.

 

 

Él de inmediato corrió para ver a sus familiares, señaló que su tío aún agonizaba y que la gente se burlaba de él, en ese momento exigió que la Policía Municipal actuara, pero estos se mostraron ajenos ante este brutal asesinato.

Las personas acudían con sus cámaras a tomar fotos, burlándose y fue en ese momento cuando se quitó su sudadera y su camisa para cubrir los cuerpos de su tío y de su hermano; con el apoyo de un amigo y otros familiares custodió los cuerpos hasta muy tarde, pues los forenses tardaron en llegar para trasladar los restos a Izúcar de Matamoros, donde de acuerdo a las investigaciones determinaron que eran inocentes.

Los cuerpos fueron entregados ayer jueves. Nadie los apoyó con los ataúdes, sólo recogieron los restos para ser trasladados a la comunidad de Tianguistengo.

Oriundos de Xalapa

Vecinos de Tianguistengo afirmaron que hace un año, dos jóvenes llegaron a vivir con su abuela, José Guadalupe Flores de 16 años y Ricardo de 21 años, este último estudiante del primer semestre de Derecho en Xalapa y quien sólo visitaba a su familia en vacaciones para apoyar en el campo.

Madre vio transmisión

Su madre, la señora María del Rosario Rodríguez García, vive en Estados Unidos y desde allá vio como sucedieron los hechos a través de las transmisiones en vivo que realizaron las personas, incluso desde aquel lugar ella imploró piedad para su hijo y su cuñado diciendo que eran inocentes, pero fue en vano su petición.

Durante la transmisión pidió clemencia a través de un comentario en la publicación: "él no es ningún secuestrador, él es de Tianguistengo junto con su tío".

La señora con usuario en Facebook, Charo Rodríguez, dijo ser la mamá del joven linchado: "soy madre, tiéntense el corazón por favor, él es mi hijo, no le hagan daño por favor, son de Tianguistengo".

Posteriormente, compartió la fotografía de los dos cuerpos calcinados y escribió: "es mi niño, me lo mataron".

Hasta el cierre de esta edición, se supo que la madre del joven asesinado viajaba rumbo a la Mixteca para llegar a velar y darles el último adiós a su hijo y a su cuñado.

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