Lunes 10 Septiembre 2018

Una queja en las oficinas de la Comisión de los Dere­chos Humanos entregaron los padres de un menor de edad que se suicidó en días pasa­dos al sufrir acoso en su escue­la y donde los profesores nun­ca hicieron nada.

De acuerdo con los progeni­tores de Fidel, que tenía 9 años de edad y cursaba el quinto año de primaria, este terminó con su vida tras haber sido víctima de maltrato, golpes y empujo­nes por parte de algunos com­pañeros de su escuela, sin que ­los profesores hicieron algo para corregir esta situación.

 Minerva Santiago, madre del menor, dijo que ya hay una carpeta de investigación ante la Fiscalía General del Estado y espera que este tipo de situa­ciones sean tomadas en serio por los maestros para que no se repitan en ninguna escuela.

 Señala que todo comenzó en el salón de clases de la escuela primaria "Carmen Serdán", en Zoquiapa, en el municipio de Tlapacoya, donde acuden a cla­ses, en el mismo salón, unos 30 niños de todos los grados esco­lares. Allí, dijo, su hijo sufría de constante acoso de parte de cuatro compañeros, quienes apuntó son sobrinos de la direc­tora y quienes lo golpeaban, empujaban, no lo dejaban jugar y se burlaban de él.

 Afirmó que en varias oca­siones acudió con la directora para ponerla al tanto del asun­to, pero por tratarse de sus pro­pios sobrinos, nunca actuó y en consecuencia y arreció el acoso contra Fidel.

En las quejas contra los agresores, la directora le con­testaba que "no es cierto, pero déjeme hablar con ellos, ya no volverá a pasar…"; sin embar­go, el bullying continuó.

La señora declaró que antes de que su hijo se quitara la vida, lo llevó con el médico debido a una alergia que sufría por lo que faltó a clases, y posteriormen­te, al ir nuevamente a la escue­la y regresar a casa, llegó suma­mente enojado.

"Le pregunté por qué y con­testó: "el maestro José Luis, le puso a todos los niños el nom­bre de la materias en sus libre­tas, pero a las mías no quiso porque dice que falté…", contó.

"Le di de comer, jugó con sus hermanas y después subió a un cuarto vacío… como lo per­dí de vista, lo empecé a llamar, subí a ver porque no respondía y lo encontré colgado con una bufanda…"