Martes 25 Septiembre 2018

La ciudad de Ndachjian (Agua dentro del cerro), construida hace más de mil años en Tehuacán por habitantes de la cultura nguiwa o popolocas, es lo que ahora se conoce como la zona arqueológica de La Mesa o Tehuacán Viejo, ubicada en la junta auxiliar de San Diego Chalma, lugar considerado centro de culto y la cabecera política más importante de la región durante el periodo Posclásico.

Hace 30 años se iniciaron los trabajos de exploración de esta zona por parte del Personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a cargo de la arqueóloga, Noemí Castillo Tejero, luego de que la federación expropiara 124 hectáreas que comprende La Mesa y pagara a los ejidatarios por las tierras; sin embargo, el avance que se tiene de los trabajos de investigación sólo ha permitido explorar 16 hectáreas.

Castillo Tejero señaló que las acciones de investigación arqueológica han avanzado lento, debido a que no se trata de sacar edificios, si no conservarlos, por lo que se trabaja con escobas, brochas y cucharillas, porque cada montículo que se observa en el lugar es una estructura.

Detalló que este lugar formado por templos, era una ciudad adoratorio, donde también estaban establecidas casas de los sacerdotes y los señores de la cultura popoloca; pues era uno de los grandes estados al igual que Tepexi de Rodríguez, Tecamachalco y Coixcatlahuaca, Oaxaca.

Puntualizó que cada uno de los templos fue construido por los antepasados con piedra caliza y con grandes cantidades de adobe, donde la principal deidad que veneraban era Citlallicue, diosa de la falda de estrellas, aunque también adoraban otros dioses como Tláloc.

Pirámide a Xipe Tótec

Los trabajos de excavación del personal del INAH revelaron que en la zona podría haber una pirámide dedicada a la deidad de Xipe Tótec (Nuestro señor Desollado). La arqueóloga Noemí Castillo señaló que las acciones de expedición e investigación que comenzaron en un montículo, ubicado frente al templo mayor, indican que el mismo sería una estructura dedicada a Xipe Tótec, dado a que se encontró en este punto una pequeña cabeza de barro desollada; sin embargo, también se han hallado piezas de cerámica, maquetas, utensilios de cocina y trozos de diferentes tipos de obsidiana.

Recordó que son más 30 años que se llevan laborando en el lugar en busca de conocer la historia de los antiguos habitantes, pero aún falta mucho y los tres meses que se tendrán de trabajo no serán suficientes para poder lograr gran avance en esta plataforma.

Refirió que en estos momentos son 40 trabajadores originarios de San Diego Chalma los que la apoyan en las labores de expedición, pues con ello se busca apoyar a la economía local al contratarlos por los tres meses que se contempla realizar este tipo de investigaciones.

Comentó que en la exploración ha sido de gran ayuda la utilización de la tecnología, en este caso un dron que permite tener un mayor panorama de la zona y sobre todo poder realizar mayores hallazgos.

Agregó que debido a que la altura que alcanza el montículo a investigar y que podría tratarse de una pirámide, la tecnología ha permitido facilitar las acciones para encontrar nuevos objetos.

Señaló que en la actualidad se pueden conocer algunos conjuntos de edificaciones distribuidos en desniveles de la meseta, sobre la que fue construida esta antigua ciudad, como plazas donde se realizaban ceremonias, unidades habitacionales donde residían los gobernantes y sacerdotes, basamentos de piramidales en cuya cúspide había templos y restos de drenaje y conductos de agua, además del Templo Mayor y el de las Calaveras.

La encargada de investigación señaló que a este sitio se le denomina La Mesa porque está ubicada en una meseta y dejó de habitarse por los popolocas, tras la conquista de los mexicas en el año 1456, obligándolos a desplazarse a lo que hoy se conoce como Calcahualco. Asimismo, dijo que los popolocas tuvieron que sobrellevar las condiciones áridas del Valle de Tehuacán, por ello se crearon sistemas de recolección, almacenamiento y distribución del agua.

Hallazgos que emocionan

José Pío Montes García, quien realiza acciones de excavación en el lugar, indicó estar muy emocionado por participar en el proyecto, dado a que ha tenido la fortuna de encontrar vasijas, esculturas y otros objetos de esta antigua cultura.

Comentó que fue hace 12 años que se integró al equipo de la arqueóloga Noemí Castillo Tejeros a trabajar, junto con su hermano y sus dos sobrinos, sin embargo dijo existen compañeros que llevan más de 25 años laborando en las acciones de rescate de este sitio y la mayoría son familiares.

Cuando no se tienen actividades en la zona se dedica a las labores del campo con la siembra del maíz; sin embargo, cada año espera la temporada en la que se retoman los trabajos arqueológicos.