Eva Cortes convierte terapia en negocio familiar
Eva Cortes sufría de estrés, por lo que un profesional de la salud le recomendó iniciar una actividad diferente, así empezó a hacer piñatas
La historia de Eva Cortes Ramírez y Francisco Montellano Cabrera reflejan las tradiciones en las fiestas decembrinas, sin embargo, las necesidades económicas y de supervivencia los han llevado a alzar la voz y encontrar alternativas económicas. Dos historias que se entrelazan en la elaboración de la felicidad para muchos niños. Francisco Montellano Cabrera es un artesano de Izcúcar de Matamoras que elabora piñatas desde hace 21 años decidió emprender el oficio y lo ha ido perfeccionando a través del tiempo. Considera que las fiestas navideñas son una oportunidad para disfrutar con la familia y los amigos, así como un buen negocio para aquellos que se dedican a la venta de piñatas, como en su caso, en donde busca ganarse unos pesos en esta temporada, involucrando a su parentela en este proceso. También puedes leer: Francisco Javier, el doctor de Niños Dios, vírgenes y santos Platicó que al terminar el mes de diciembre inician con la elaboración de las "bolas" como él les llama, utilizando ingredientes como el engrudo, elaborado a base de harina con el cual pega las capas de papel periódico para fabricar el centro y los picos de sus piñatas; en pleno junio, su labor pasa a la "bodega" (un cuartito hecho de carrizo, con una puerta improvisada con media lamina) que tiene en el patio de su casa, donde decora las piñatas utilizando diferentes colores de papel china. Su casa-taller está ubicada en la colonia Vista Hermosa. Aseguró que las piñatas cada año tienen mayor demanda, puesto que superaron la meta del año pasado, ya que en esta ocasión lograron elaborar mil 600 piezas, 400 más que el anterior a ese. Consideró que el trabajo de los artesanos no es valorado por el gobierno, que en teoría debería apoyarlos en esta temporada, con el propósito de que se preserven las tradiciones y también para que haya mayor venta de piñatas y las familias puedan salir adelante en este oficio. También puedes leer: Hasta mil 500 pesos gastan poblanos en juguetes para navidad En su casa, ha enseñado a sus hijos el oficio, por lo que cada tarde los integrantes de la familia se sientan a pegar el papel periódico en los globos de diferente tamaño y a picar papel china y crepe para decorar las piñatas. En las tiendas principales de la ciudad de Izúcar de Matamoros se aprecian sus creaciones de diversos tamaños, colores y figuras alusivas a la temporada decembrina, con el propósito de que una vez más cada familia, vecinos y amigos puedan reunirse a pedir posada y romper la piñata. Francisco dijo estar contento de ver sus creaciones cuando son disfrutadas por las personas, principalmente por los niños, por quienes vale la pena seguir creando ilusiones y sonrisas, de igual forma, dijo que es gratificante poder enseñar a los suyos a sostenerse económicamente cada temporada, ya que la venta de estas artesanías de papel incrementa este mes, aunque durante el año también le solicitan figuras populares para fiestas infantiles. Señaló que el trabajo de artesano es poco reconocido y muy económico, por ello, pide que se abra un programa gubernamental, donde los apoyen para exponer y vender, no sólo en Izúcar, sino ayudarlos a exportar incluso al extranjero, así como importan mercancía china de muy mala calidad. También dijo que está dispuesto a enseñar acerca de su oficio a quienes quieran aprender, ya que actualmente es imposible conseguir o mentener un empleo fijo, sobre todo a adultos mayores, quienes no encuentran vacantes tan fácilmente por la edad. Convierten terapia en negocio familiarEva Cortes Ramírez, quien se dedicaba "solamente a ser ama de casa", sufría de estrés, por lo que un profesional de la salud le recomendó iniciar una actividad diferente. Fue así como empezó el negocio de las piñatas, en el que participa también su familia. Destacó que su médico familiar le aconsejó hacer una actividad que la relajara, así que en su terapia ocupacional formó un pequeño taller de piñatas artesanales, el cual ha crecido año con año "a pasos agigantados". También puedes leer: Rivera y familias poblanas inauguraron el corredor nevado del parque Analco Hace cuatro años, esta familia de San Juan Colón se decidió aventurarse y ocuparse en la elaboración de las piñatas, la cuales comenzaron a comercializar con otros parientes y vecinos, quienes los recomendaros a su vez con conocidos. Así, tuvieron éxito en sus ventas. Eva platicó que dejó de ser una "simple ama de casa" para convertirse en micro empresaria, donde incluyó a su esposo, sus hijos, nueras, yernos y hasta sus nietos, quienes ayudan trasladando las "bolas", como ella les llama, a la mesa de trabajo. Comentó que en el mes de enero se surte del material necesario para que a partir de mayo prepare los globos con papel periódico; a partir de julio comienza la labor de vestir a las "bolas" y adornarlas con papel china de distintos colores. Dentro de su hogar destinaron dos cuartos para el taller, uno para trabajar y otro para exponer las piñatas. Destacó que al principio hacía piñatas pequeñas, con las que buscaba controlar sus nervios; actualmente, ella y su familia tienen en su repertorio seis tamaños diferentes, las cuales son elaboradas artesanalmente. Este año lograron hacer mil 350 piezas. Eva afirma que llegan compradores desde otros municipios, ya que los precios van desde los 15 hasta los 130 pesos. |