En riesgo se encuentra la salud de los ciudadanos de Tehuacán al consumir carne que no tiene los mecanismos de seguridad y control para evitar enfermedades propias del ganado, incluso que pudiera contener clembuterol, pues en la actualidad se permite la comercialización de cárnicos que provienen de rastros tolerados por la autoridad local o incluso que provienen de otros municipios, señaló el presidente de la Unión de Tablajeros, Willebaldo Zepeda.

Mencionó que otras de las situaciones que ponen en vulnerabilidad a las personas que adquieren estos productos, es que al no tener las instalaciones adecuadas para el sacrificio de animales, no se puede garantizar que son aptas para consumo humano, pues no cuentan con un médico veterinario que determine si el ganado que se está matando está enfermo o presenta situaciones de brucelosis, tuberculosis o enfermedades parasitarias

Detalló que los 60 tablajeros que integran la unión realizan el sacrificio de su ganado en el Rastro Municipal, por lo que la carne que se vende en los mercados 16 de Marzo, Amador Hernández y La Purísima, cuentan con los sellos sanitarios respectivos; sin embargo hay cárnicos que se comercializan en establecimientos que no los tienen.

Expresó que el Ayuntamiento de Tehuacán ha permitido el funcionamiento de rastros tolerados, debió a que el municipal no cuenta con la capacidad para el sacrificio de todos los animales que se requieren para la alimentación de los pobladores.

Lamentó la competencia desleal proveniente de otros municipios como San Gabriel Chilac, la cual no paga impuestos y no cumple con lo que marca la norma y la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Comentó que aún cuando la autoridad debe realizar inspecciones para garantizar que la carne que se vende en el municipio cuenta con los sellos sanitarios y en caso contrario decomisar, al momento no se ha realizado ninguna supervisión en las carnicerías.

El presidente de la Unión de Tablajeros reconoció que desconoce con exactitud cuánta carne podría estarse comercializando sin certificación, pero de las 25 toneladas que se consumen al mes, alrededor de nueve son de la Unión de Tablajeros.