Filogonia Guerrero González, originaria de Atizizihuacan, se dedica a la elaboración del chocolate y asegura que es todo un arte crear con sus manos este manjar, además de que es la materia del sustento para su familia.

Expresó que para su elaboración primero tuesta a fuego lento las semillas del cacao con leña en un comal de barro; cuando empieza a "tronar" es señal de que está listo. Posteriormente lo vacía en una cazuela para que se enfríe y lo va pelando.

Después le agrega canela, azúcar y almendras, para que sea llevado al molino y así realice unos metapiles; es decir, una especie de tortillas que serán selladas para dejar que se enfríen. Una vez frías, son tendidas y se empiezan a empaquetar para su venta.

El proceso se lleva a cabo en un solo día. Se deben cuidar cuestiones como el clima, ya que si hace mucho sol no se puede secar el chocolate, porque "se pone cenizo". Una de las ventajas de que se consuma este chocolate es que el cacao es rico en propiedades para el organismo, contrariamente al que venden en tiendas comerciales, que lleva conservadores.

El cacao que utiliza para esta elaboración es traído desde Tabasco. Además señaló que existen cuatro clases de cacao: el negro, el morado, el rosa y el colorado. Con este último trabaja Filogonia.

"Lo que pasa es que el cacao negro no tiene mucho sabor a chocolate; el rosa se ocuparía para las personas que hacen pasteles, por eso no lo uso, prácticamente a la repostería; del morado no se ve bonita la tablilla ni tampoco de sabor; y el colorado es jugoso, por eso es mucho mejor," refirió.