Entre palmas tejidas, cánticos religiosos, humo y solemnidad religiosa se llevó a cabo la celebración del Domingo de Ramos en la junta auxiliar de Nanacatlán, en este municipio, a 13 días de la reapertura del palacio municipal auxiliar.

Esta, una de las fiestas católicas más importantes, por ser el inicio de las celebraciones litúrgicas con motivo de la Semana Santa, periodo en que se conmemora la pasión y muerte de Cristo, en esta comunidad totonaca que se valió de una representación de yeso en la que se vea al Maestro Jesús montando el simbólico burro, este año vistiendo una capa roja y una túnica blanca.

Ancianos, jóvenes y niños, usando las tradicionales palmas tejidas y adornadas con flores, iban acompañando al sacerdote local en los cantos y rezos propios de este rito. Los lugareños le llaman el padre José Luis.

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Cuatro hombres de la comunidad cargaban a la imagen durante ese recorrido por algunas de las principales calles de esta junta auxiliar en la que, hasta hace unas décadas, los ritos prehispánicos eran todavía celebrados en esta localidad.

Así llegaron a la Iglesia donde se inició este ritual que, ahora la entrada triunfal de Jesús de Nazaret a Jerusalén, aclamado por la multitud como el mesías.

Según la tradición católica, Jesús recibido por sus feligreses con alabanzas, cantos, ramos de olivo y palmas, lo que dio origen a esta tradición que, en la actualidad, permanece con la bendición de las palmas que se convierten en un símbolo de protección para los hogares.