Tamales, tradición de Huauchinago que alegra la barriga

Huauchinango es uno de los municipios que más aportan a la riqueza intangible de la Sierra Norte

Tamales, tradición de Huauchinago que alegra la barriga
Juan LECHUGA | La elaboración de tamales en Cuacuila es una tradición viva y en movimiento Tamales, tradición de Huauchinago que alegra la barriga

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Sin duda, la Sierra Norte de Puebla ofrece un abanico de aromas, texturas y sabores que configuran escenarios únicos al estallar sin pudor dentro de los paladares; gran parte del encanto serrano radica en la amplia oferta gastronómica tan variada como sus microclimas.

Huauchinango es uno de los municipios que más aportan a la riqueza intangible de la sierra, por la cultura, por las tradiciones, el fervor y por sus pueblos originarios; como Cuacuila. Este pueblo fue fundado hace más de 400 años en la parte más alta de un cerro donde a lo largo de los siglos las mujeres han jugado un papel fundamental en la construcción y herencia de la identidad gastronómica.

Uno de los elementos, o quizá el más representativo de la comida centenaria en Cuacuila, son los tamales tradicionales; aunque parecen sencillos de elaborar, se tratan de todo un conjunto de elementos como masa casera, maíz molido a mano, el frijol gordo, manteca y carne de cerdo, así como tomates y chiles cultivados en la región, sin olvidar la hoja verde de papa-tla, o totomoxtle, que envuelve de modo divino cada porción.

Gracias a esta actividad las mujeres en Cuacuila constituyen un importante pilar económico y social, tal es el caso de Ramona Esteban Lucas, quien es tamalera desde hace 30 años, un oficio heredado por su madre y que todos los días perfecciona al hacer entre 300 y 500 tamales.

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Ramona, ataviada con el atuendo tradicional y chiquihuite a la espalda, sale de su comunidad para ranchar sus tamales de salsa verde, mole, rajas, frijolito o pascal, principalmente en la cabecera municipal, recorriendo el mercado y algunas colonias populares. Incluso se aventura a municipios vecinos como Juan Galindo, Xicotepec o algunos del estado de Hidalgo como Acaxochitlán, vendiéndolos desde 3 y hasta los 6 pesos.

En esta localidad, desde 2001 y el mes de junio, cada año se celebra La Feria del Tamal en el marco de la fiesta patronal en honor a La Candelaria, festejo que generalmente coincide con el domingo en el que se celebra el Día del Padre. Para este evento se organizan alrededor de 70 y 80 tamaleras que elaboran casi 35 mil tamales; éstos son ofrecidos en las calles de la localidad a todos los visitantes. 

En Huauchinango, una de las costumbre más arraigadas y que quizá, en ocasiones, pasa desapercibida para los originarios del municipio es que los sábados de plaza cientos de familias almuerzan tamales de Cuacuila, acompañados de chicharrón de cerdo recién hecho y café.

Con más de cuatro siglos, la elaboración de tamales en Cuacuila es una tradición viva y en movimiento que grita a las nuevas generaciones que no está dispuesta a desaparecer, pues hoy en día con el fomento a la paridad de género, niños y niñas son instruidos por sus familias en esta forma de alquimia que cautiva el paladar, alegra la barriga y enamora el corazón.