El Aljibe busca ser santuario del ajolote

Es una obra importante que ha sido olvidada por más de 400 años; ayudó a que la población no sufriera el desabasto de agua

A principios del siglo XVI, con la llegada de los franciscanos a tierras poblanas se forjaron imponentes conventos en los actuales municipios de Tecamachalco, Acatzingo, Tepeaca, Amozoc, Tecali de Herrera y Cuautinchán. También está establecido uno a las orillas de la capital poblana, en lo que ahora es la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán, formando el famoso "Cinturón Dorado".

Lejos de hablar del exconvento de Tecali de Herrera, construido en el periodo 1554-1579, hay una obra importante que ha sido olvidada por más de 400 años y que fue de apoyo para que la población no sufriera el desabasto de agua potable que existía en la zona: El Aljibe, un estanque de casi 40 metros de altura que almacena agua y se encuentra ubicado en la parte trasera del actual exconvento franciscano.

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La historia de un estanque

Aunque no existe un registro de cuándo se inició la construcción de este imponente estanque de agua, algunos vestigios históricos que se encuentran en el municipio indican que este sistema de recopilación de agua potable con ingeniería franciscana se edificó alrededor del año 1650, con la ayuda de los indígenas que estaban asentados en la zona. Este ingenioso y sorprendente sistema servía para el almacenamiento de agua que los mismos indígenas o los frailes franciscanos transportaban en botes o cántaros, apoyados por animales de carga (burros o bueyes).

Existe una leyenda que ha pasado de generación en generación y que aún mantienen viva los "abuelitos" de Tecali. Cuentan que había una maldición que Fray Sebastián de Aparicio lanzó sobre la población cuando pasó por el municipio.

Al llegar pidió ayuda a la población para construir una iglesia, pero la gente le dio la espalda y sólo un toro bravo, el más bravo de la comunidad, se le entregó al fraile.

Sebastián de Aparicio lazó con su cordel al toro, que lo siguió hasta la entrada de la población, y quitándose las sandalias expresó antes de irse: "de esta tierra, ni la tierra me llevo" y desde ese día hubo una gran sequía. El municipio de Tecali es una zona muy árida; por eso mismo y como reconciliación, los pobladores ayudaron a la edificación del convento, y para acabar con su necesidad construyeron El Aljibe, que sirvió para el almacenamiento del agua potable por muchos años para la población de Tecali de Herrera y sus alrededores.

En épocas como el Porfiriato y la Revolución Mexicana, las tropas zapatistas establecidas en la región bajaban al sitio para abastecerse de agua.

Poco a poco y con la llegada de nuevas formas de almacenamiento acuoso, fue dejando de importarles a los habitantes, quienes lo convirtieron en un basurero. El Aljibe fue abandonado por las diferentes autoridades que gobernaron el lugar. En los años 50 nadie sabía que era un imponente lugar que abastecía el agua de la zona, pues estaba cubierto por una gran cantidad de basura.

Algunos vecinos y autoridades se dieron a la tarea de limpiarlo y en los años setenta fue desazolvado, descubriendo algunas técnicas de construcción que los antiguos indígenas habían desarrollado, como la creación de cuatro compuertas, una a cada lado, de donde salía el agua hacia los cuatro puntos cardinales.

En el año 1980, bajo el gobierno del entonces presidente municipal, el profesor Bulmaro Flores Téllez, se realizó un gran baile en el interior del estanque para celebrar su rescate y casi 2 mil personas entraron y bailaron.

Buscan convertirlo en santuario del ajolote albino

La actual administración quiere regresarle su esplendor a la construcción y trabajará para convertirlo en el primer santuario del ajolote albino en el interior de esta construcción. En el exterior buscarán crear un parque botánico de cactáceas, con flora y fauna de la zona.

El director de Turismo, Francisco Juárez, manifestó que desde el año pasado existen acercamientos con personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para concretar el proyecto.

Se pretende que quede completamente limpio para el año 2020, y que se empiece con el traslado de las primeras especies de ajolote albino, con el fin de conformar el Centro de Investigación del Ajolote Mexicano, uno de los primeros en el estado de Puebla.

"Tenemos dos vertientes importantes: una es el rescate de este inmueble histórico; y otro es para el rescate del ajolote mexicano, especie que actualmente se encuentra en peligro de extinción," destacó el funcionario municipal.

El ajolote mexicano albino posee capacidades que aún siguen sorprendiendo a los investigadores y su origen se remonta a los Valles de México, sobreviviendo en el lago de Xochimilco, donde desde la época de la colonia ha servido como alimento muy apreciado por su sabor y propiedades nutritivas.

En la medicina tradicional se ha ocupado para elaborar jarabes, pomadas e infusiones contra padecimientos respiratorios, situación que se quiere aprovechar con su rescate.

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