Entierran a alguien de forma clandestina, perooo la lluvia lo descubre. ¿Lo peor? Tendría Covid-19
Los habitantes de San Nicolás Tolentino acusaron que el presidente interino Benjamín Hernández Lima fue quien dio el permiso para enterrarlo de ese modo.
Un féretro quedó a la intemperie luego de que la fuerte lluvia que se registró la noche del martes en Izúcar de Matamoros lo revelara. Los habitantes de San Nicolás Tolentino se mostraron inconformes con el hecho, ya que el presidente interino Benjamín Hernández Lima otorgó permiso de sepultarlo de forma clandestina. Trascendió que la causa de la muerte podría ser Covid-19, por lo que los vecinos se manifestaron al señalar que podría ser un foco de infección y vulnera la integridad y salud de los que se encuentran cerca de la zona. Al lugar acudió el secretario general del Ayuntamiento y el director de Gobernación, quienes aceptaron el error permitir una sepultura de ese estilo así y aseguraron que la compañía con la tienen convenio para el manejo de cadáveres que fallecieron por coronavirus se encargaría de trasladarlo a otro sitio. Los manifestantes dijeron que hay muchas anomalías respecto al tema. Señalaron que la noche del martes se armó tremendo zafarrancho en la junta auxiliar de San Nicolás Tolentino, cuando los lugareños arremetieron contra la nueva autoridad auxiliar por autorizar el entierro de una persona en el panteón auxiliar. Ese entierro fue aproximadamente entre las 23 horas, por lo que sólo rascaron un espacio donde sólo cabía el ataúd. Los habitantes exigieron a la presidenta auxiliar de San Nicolás Tolentino, Rubicel Herrera Medina que explicara porque permitió que enteraran un cadáver a altas horas de la noche y de una forma tan insalubre. La funcionaria sólo se limitó a decir que eran órdenes directas del presidente municipal interino, Benjamín Hernández Lima, quien le había ordenado que dejara que sepultaran a una persona, por lo que sólo se abrieron las puertas del camposanto y a escondidas de los pobladores, y sin las medidas sanitarias correspondientes, rascaron un hoyo donde cupiera la caja y lo dejaron allí. El panteonero, identificado como Urbano N, confesó que se limitó a cumplir con las indicaciones de la presidenta: “A mí no me dijeron nada. Sólo me ordenaron en abrir las puertas del panteón por la noche”. “Pues eso dijo la nueva presidenta, que le dijo Benjamín. ‘Ahí va el muerto, para qué lo entierren, los acuerdos ya los sabes'. Eso dijo la presidenta que le ordenó el presidente municipal de Izúcar de Matamoros, por lo que nos preguntamos ¿cuáles acuerdos eran?,” señaló otro testigo. Los manifestantes aseguraron que el cadáver podría estar infectado con Covid-19, lo que alertó a todos. Las autoridades municipales señalaron que el cuerpo sería exhumado en las próximas horas en coordinación con personal especializado, ya que, a decir de ellos, esto no pone en riesgo la integridad de ninguno de los habitantes. Señalaron que con esto queda claro todos los funcionarios cometieron un delito, por lo que exigen una investigación al respecto y conocer la identidad de la persona que se encuentra en el ataúd. Hasta ahora, el féretro fue acomodado en el mismo lugar y fue cubierto con una ligera capa de cemento por el mismo personal del Ayuntamiento, por lo que los pobladores se están organizando para cerrar las carreteras principales en caso de que no lo cambien de panteón. |