Humberto Aguilar Coronado, un hombre de convicciones
En su paso por la política, el panista desde hace 39 años, se ha distinguió por ser un político honesto, serio y profesional
Humberto Aguilar Coronado se define como un hombre de convicciones, padre de familia y político con experiencia.
Originario de la colonia San Manuel, en la ciudad de Puebla, El Tigre, como le dicen de cariño desde pequeño, está satisfecho por haber logrado conjugar tres aspectos fundamentales en su vida: descubrir su vocación por la política, formar una familia y trabajar profesionalmente en la vida pública del país.
A los 28 años, Humberto ya era diputado federal; luego, fue diputado local por Puebla, hasta llegar a ser senador de la República.
“Desde muy temprana edad descubrí mi vocación política, decidí hacerle caso a mi intuición, pues quería cambiar la política de este país y quitar del poder a quien tantos años había gobernado México”, aseguró Aguilar Coronado.
“La política es una oportunidad de cambio, aunque es cierto que la política está desprestigiada por algunos personajes impresentables, pero existe otra clase de personas que, como yo, han seguido su vocación y se han dedicado a velar por los intereses de las y los ciudadanos”.
Desde 1982, hace 39 años, milita en el Partido Acción Nacional (PAN), donde ha se ha destacado por ser un político honesto, serio y profesional.
“Creo en la congruencia, por eso llevo 39 años militando en el PAN, creo en la política y llevo ya casi 35 años de ejercer la vida profesional y práctica. No tengo ni un solo señalamiento de corrupción, puedo levantar la cara; traté de forjar un nombre en la política para que mis hijas tuvieran la oportunidad, si así lo quisieran, de participar en la política”.
El Tigre no es ningún improvisado, a sus 58 años de edad ya fue secretario nacional de organización, secretario general adjunto y secretario de elecciones cuando Vicente Fox ganó la presidencia del país.
“Aunque muchos me decían que no estaba bien de la cabeza y era imposible quitarle el poder al régimen super poderoso, que ganaba todas las elecciones, pero yo les decía que iba a llegar el día. Y, después de picar piedra y de muchos años de trabajo, llegó el día con Vicente Fox”.
Además, fue el primer director de gobernación del municipio de Puebla con el expresidente municipal, Gabriel Hinojosa; trabajó en la administración estatal de Alberto Cárdenas en Jalisco, y a nivel federal fue director general de gobierno y subsecretario de gobernación.
Hombre de familia
Sus años escolares los cursó en el Instituto Oriente; luego, estudió Ciencias Políticas en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Paty, su compañera de batallas desde hace 32 años, ha sido uno de los pilares más importantes en su carrera como político. Con ella decidió formar una familia y tuvieron a Natalia y a Angela María, de 30 y 28 años.
Además de la política, otra de sus pasiones son la lectura, escuchar música, y convivir con sus amigos. Con un buen tequila, podría pasar todo una tarde leyendo Líderes de Richard Nixon, con un buen rock en español de fondo.
Como buen poblano, Humberto, antes de la pandemia, tenía la tradición de comer en algún restaurante típico de Puebla, una vez a la semana con su familia. En esas salidas, las chalupas, las cemitas y el pipián rojo no podían faltar.
Junto con su esposa, sus dos hijas, lo cuidaron cuando se contagió de Covid. Ahí, durante los 15 días que estuvo confiando, confirmó que lo más valioso que existe en la vida es la familia, así como el cariño que recibió de sus amigos y de las y los ciudadanos que lo han seguido a lo largo de su carrera. Al final, con lo que se queda es con ese cariño y con la experiencia que ha adquirido en el servicio público.
“Mi visión es que se debe trabajar hoy para construir el futuro, respetando nuestras tradiciones, protegiendo a la ciudadanía, a nuestras familias y siguiendo el camino que nos acerca, lejos de la intolerancia”, concluyó. |