La tragedia dejó 136 heridos, de los cuales 24 permanecen hospitalizados,13 de ellos en estado grave y más de 2 mil personas desalojadas de sus viviendas Agencia El Universal El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, confirmó que debido a la explosión del pasado miércoles en la planta Clorados 3 del Complejo Industrial Pajaritos en Coatzacoalcos, Veracruz, hay 13 decesos y que de los 136 heridos, 24 permanecen hospitalizados, 13 de ellos en estado grave. El funcionario destacó que de los 13 muertos se han identificado a 7 víctimas y se está atendiendo a los familiares. Consideró que algunas de las 18 personas reportadas como desaparecidas es posible que se encuentren dentro de las 13 fallecidas. Confirmó que aún hay una zona dentro de la planta a la que no se ha podido acceder. “No se ha querido correr ningún riesgo para los rescatistas, los integrantes de la Procuraduría local ni de la General de la República”, finalizó. Asimismo, el presidente Enrique Peña Nieto manifestó sus condolencias a las víctimas de la explosión e informó que visitaría la zona para definir las acciones para atender a los afectados. Buscan a desaparecidos Decenas de familiares de desaparecidos han sufrido un verdadero viacrucis para poder dar con el paradero de los suyos. Durante horas han recorrido, sin ningún tipo de ayuda oficial, todos los hospitales de los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlán, Villahermosa, incluso hasta Xalapa, la capital del estado. Tras recorrerlos y no poder encontrar a sus esposos, esposas, hijos e hijas, pasan horas frente a los nosocomios en espera de que alguno de los heridos que aún no han sido identificados pueda ser uno de sus seres queridos. Otros más han sido enviados a la agencia del Ministerio Público, donde sólo les piden sus nombres, del desaparecido y señas particulares de su familiar, ello sin apoyo psicológico. De ahí son enviados a las puertas del Complejo Petroquímico Pajaritos, donde los servicios periciales realizan todas las labores de identificación de los cuerpos hallados en un espacio al que lograron ingresar luego que se enfriaran los fierros retorcidos. En medio de un olor a químicos, los familiares directos logran ingresar a las instalaciones siniestradas; mientras que los demás permanecen a las afueras contenidos por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Armada de México. En medio del incesante sol, hombres y mujeres permanecen de pie y algunos sentados en espera que en el interior de Pajaritos no haya noticias de sus seres queridos. Pobladores ayudan a familias afectadas Decenas de habitantes de la región sur de Veracruz se volcaron a ayudar a las familias de los trabajadores que fallecieron, resultaron lesionados o desaparecidos en la explosión del Complejo Petroquímico Pajaritos. Desde distintos municipios de esta región, como Minatitlán, Ixhuatlán del Sureste, Nanchital, incluso Juan Díaz Covarruvias, han arribado personas con agua, alimentos, gasas, medicamentos y todo tipo de ayuda. También hay organizaciones sociales, voluntarios y estudiantes de las facultades de la Universidad Veracruzana, que llegan a las afueras de los hospitales y del maltrecho complejo Pajaritos para asistir a sus “hermanos”. “Cómo no vamos a venir si todos los petroleros somos uno mismo, todos somos iguales y ahora estamos en desgracia”, expresó un joven proveniente del municipio de Ixhuatlán del Sureste. Tortas de jamón o de simple frijol, agua de horchata y de jamaica, volovanes y hasta fruta como plátanos y naranjas son ofrecidos de manera altruista ante la ausencia total de autoridades municipales, estatales y federales. La tragedia, con saldo preliminar de 13 personas fallecidas y 136 heridos, unió a un sector, el petrolero, que siente el dolor a miles de kilómetros de distancia. Los obreros de la refinería “Lázaro Cardenas” de Minatitlán y los de la petroquímica Cosoleacaque sienten por igual la muerte de los suyos, porque ellos son una enorme familia. Y se ve reflejado en las muestras de cariño y amor de todos los habitantes, quienes también consienten con alimentos a los militares que llevan horas parados resguardando Pajaritos. Por aquí, la tragedia no sólo es de un grupo, sino de toda una región que vive y ama a un sector como el de petróleos.