COVID-19 empuja la economía mexicana a su mayor desplome

Durante el primer trimestre del 2020, la economía mexicana se contrajo un 1.6%.

Aunque el coronavirus llegó a México a finales de febrero, los efectos de la crisis global por la pandemia fueron suficientes para arrastrar a la débil economía mexicana a una caída del 1,6 % en el primer trimestre de 2020, la peor contracción de los últimos 11 años.

Según cifras preliminares divulgadas este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre enero y marzo el PIB mexicano cayó un 1,6 % tanto en comparación con el trimestre anterior como en comparación con el mismo trimestre de 2019.

Es la mayor caída desde la contracción del 5,1 % registrada en el primer trimestre de 2009, cuando la crisis financiera global de entonces coincidió en México con el inicio de la pandemia de gripe A(H1N1).

 

El virus golpea a una economía debilitada

La pandemia del COVID-19, que ha paralizado buena parte de la actividad productiva mundial para frenar los contagios, ha llegado en el peor momento para la economía mexicana, que en 2019 se contrajo un 0,1 %, sobre todo por la caída de la actividad industrial.

"Se hilvanaron 4 trimestres consecutivos con disminuciones anuales, la racha negativa más larga desde 2008-2009", subrayó este jueves en Twitter el presidente del Inegi, Julio Antonio Santaella, quien recordó que antes de la caída del 1,6 %, la economía llevaba encadenados desplomes trimestrales del 0,9 %, el 0,3 % y el 0,5 %.

El primer caso de coronavirus en México se confirmó el 27 de febrero y el Gobierno decretó la crisis sanitaria un mes después, paralizando las actividades no esenciales.

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Sin embargo, los expertos no dudan de que la pandemia ha agravados los datos económicos del primer trimestre.

"Si bien el cese de actividades no esenciales se decretó al concluir marzo, sí vislumbramos efectos de la pandemia en el primer trimestre por el cierre de actividades en otros países que afectaron a las cadenas de insumos", dijo a Efe Alejandro Saldaña, gerente de Análisis Económico del Banco Ve por Más.

El economista también destacó que antes de que México decretara la crisis sanitaria ya se habían cancelado grandes eventos, se habían reducido los vuelos internacionales y algunos de los sectores de la población se habían confinado de forma voluntaria, reduciendo el consumo privado.

Aunque las actividades agropecuarias registraron un alza del 1,5 % en el primer trimestre, se vieron arrastradas por la caída de las actividades industriales (3,2 %) y de los servicios (0,9 %).

Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco Base, subrayó que el sector industrial acumula "ocho trimestres de contracción" y que la caída de este primer trimestre de 2020 es "la más profunda desde la gran recesión de 2009".

 

El inicio de la gran recesión

Fiel a su estilo triunfalista, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quitó hierro al desplome del PIB y aseguró que la caída "fue menos de lo que pronosticaron" algunos analistas.

Además, se escudó en que la contracción del 1,6 % es menor a la del 5,7 % del primer trimestre de 1995, bajo la presidencia de Ernesto Zedillo, y a la del 5,1 % del primer trimestre de 2009, bajo el mandato de Felipe Calderón.

Pero lo peor está por venir, dado que será en el segundo trimestre de 2020 cuando se note el efecto completo del freno económico decretado en México durante abril y mayo.

"Estamos estimando una contracción del 6,5 % al 7 % en el segundo trimestre del año a tasa anual", explicó el analista del Banco Ve por Más, quien afirmó que "a grandes rasgos podría considerarse una recesión" por la caída generalizada de todos los sectores económicos excepto el agropecuario.

El año pasado, hubo un debate entre economistas por si se podía hablar de recesión en México, dado que la caída económica había sido poco pronunciada.

"Ahora con la crisis sanitaria, no solo puede hablarse de recesión, sino también de una crisis económica por la expectativa de una caída profunda en el PIB de México", opinó Siller.

Los pronósticos para el PIB en 2020 de la segunda economía latinoamericana después de Brasil no son nada halagüeños.

El FMI prevé una caída del 6,6 %, la Cepal del 6,5 % y el Banco Mundial del 6 %, mientras que el Gobierno mexicano un 3,9 %.

Además, se estima una pérdida de cerca de un millón de empleos en el país.

Ante la crisis que se avecina, López Obrador ha diseñado un plan de austeridad gubernamental para recortar el 75 % de los gastos de la administración y lo sueldos de los altos funcionarios, junto a un programa de tres millones de créditos de 1.000 dólares para pequeñas y medianas empresas.

Patronales y economistas han criticado que el Gobierno no aplique medidas contracíclicas con incentivos fiscales para el sector formal y un incremento del gasto público para detonar la economía.

Cuando el mandatario asumió el poder a finales de 2018, prometía un crecimiento económico promedio del 4 % en México, pero luego cambió su discurso y ahora defiende priorizar el bienestar social al incremento del PIB.

 

 

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