Bodas y fiestas de 15 años en México se adaptan para ‘convivir’ con pandemia
La pandemia del Covid se ha tenido que adaptar a las medidas de sanidad en el país.
Denisse Rodríguez eligió el 6 de noviembre para contraer matrimonio. La mexicana soñaba con casarse en una playa de Puerto Vallarta con cientos de invitados, pero su boda debió adaptarse a la pandemia de COVID-19. "Ha habido muchos cambios. Entre ellos tuvimos que hacer un recorte de invitados, la lista inicial eran 150 personas y ahora irán 60, a la misa solo pueden ir 50 personas. E hicimos un 'kit' de prevención para los invitados con un cubrebocas y un vaso para cada persona", explica la novia a Efe. Además, a propuesta del hotel, habrá dos pistas de baile para evitar aglomeraciones. Y sobre el festejo pende, todavía, la posibilidad de cancelación total si las autoridades vuelven a ordenar el confinamiento y el cierre de actividades no esenciales. Denisse y su novio, Martín García, decidieron que llevarán a cabo la boda en la fecha acordada incluso si el hotel pospone la fecha. Su intención es celebrar su unión junto a los suyos, sea como sea. "Creo que va a ser una fiesta bonita a pesar de lo que estamos viviendo porque vamos a tener a nuestros familiares y amigos más cercanos para celebrar nuestra unión como pareja", expresó.
UN SECTOR MUY AFECTADO Las bodas y celebraciones de quince años han tenido que adaptarse a los protocolos sanitarios y "convivir" con la pandemia de coronavirus en México, pero sin olvidar la alegría y el festejo que caracteriza a este país que hoy suma 44.022 decesos y 395.489 casos. El aislamiento y la amenaza de contraer la enfermedad en un país que pasa por un periodo prolongado de alza en los contagios han obligado a muchos a modificar la fecha de su fiesta o a realizarla bajo los nuevos protocolos. La pandemia de la COVID-19 le pegó fuertemente a toda la industria dedicada a las celebraciones sociales en México, antes y durante el periodo de aislamiento decretado por las autoridades sanitarias. Las tiendas de vestidos, los músicos, fotógrafos y los salones de fiestas que en su mayoría aún no pueden operar en su totalidad, han tenido pérdidas millonarias por la cancelación o suspensión de eventos sociales.
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