La historia de la mujer es la historia de las mujeres y de la humanidad: Mónica Hernández

La escritora Mónica Hernández deja todo por escribir su primera novela, Las perlas malditas del Almirante.

Mónica Hernández llega de la mano de la editorial Planeta con su primera novela, Las perlas malditas del Almirante (2020), dejando de lado su trabajo de Marketing y Relaciones Públicas en corporativos internacionales en España y México.

La escritora vuelca sus pensamientos para escribir una historia que ya tenía fraguada hace tiempo, entre las páginas de sus muchos diarios y en docenas de libretas y cuadernos, algunos perdidos para siempre.

Mónica Hernández da un salto al vacío y sólo se sujeta a su novela que preludia que “hay pecados que trascienden el tiempo”.

En entrevista para El Popular, diario imparcial de Puebla, nos relata cómo fue el trabajo de su primera novela.

Mónica, ¿cómo es que decides dejar tu carrera de Marketing y Relaciones Públicas para escribir, cuando casi siempre ocurre al revés: los escritores buscan otra fuente de trabajo para sostener su labor creativa?

−Me tocó una época donde las mujeres, en mi familia, ya eran profesionistas. Mi madre fue una de las primeras profesionistas de la familia y en consecuencia yo tenía que hacer una carrera. Me preparé, estudié la licenciatura, hice la maestría… Pero finalmente llegó el momento en que dejé de mandar currículums y empecé mi propia empresa, lo que me dio la oportunidad de sentarme y trabajar en la novela.

Esto es algo que te enseñan las nuevas generaciones: que sí se puede trabajar en lo que te gusta. Yo lo experimenté y realmente se puede aprender mucho de estas nuevas formas de trabajo.

¿Puedes contarnos un poquito de qué va la novela?

−Es una historia de Cristóbal Colón contada a partir de una las herencias poco conocidas, que existieron, existen y son reales. Colón firma con los Reyes Católicos, en abril de 1492, unos contratos donde específica que traerá especias, oro y perlas.

Las perlas es una de las historias que yo quería contar y no es la misma de siempre. Toda esta versión de que la reina vendió sus joyas es mentira. Ella no vendió nada para que Cristóbal Colón hiciera sus viajes, y eso está documentado.

Quise contar un poco la historia a través de esas perlas de Cristóbal Colón y del proceso de sus cuatro viajes. Aunque la historia sólo menciona uno, en realidad realiza otros tres. Del tercero, después de ser un héroe a niveles europeo y mundial -porque se puede decir que era el centro del mundo-, regresa denostado, encadenado y humillado. Este héroe es un personaje muy grande, y que regrese así es algo que no se sabe porque no se ha contado. Y la razón de estas vejaciones fue por no declarar las perlas que le cupieron en el segundo viaje.

Entonces yo decidí contar esta historia, de cómo es que llega y como es que las historias de las perlas siguen viviendo a pesar de que él muere, muere su hijo y muere su nieto. Y después de que mueren sus herederos y ya no están, qué pasa con estas perlas.

Yo me encontré un hilo invisible que une a muchas mujeres y que, en este caso, pasan no de boca en boca sino de oreja a oreja. Y ellas están amarradas a esta historia de las perlas.

La historia de la mujer es la historia de las mujeres y de la humanidad, porque finalmente las mujeres, desde los cotos que tenían en esa época -que eran muy cerrados: no podían hablar, pero sí podían mirar, pues observaban mucho y actuaban mucho-, y a pesar de que no les permitían hacer cosas, se las ingeniaban para hacer otras y tenían en sus manos los destinos de los hombres. Ellas se las ingeniaban para comunicarse con cosas y una de esas cosas eran las joyas.

¿Qué tiempo te llevó escribir Las perlas malditas del Almirante?

−Estar frente a la página en blanco fueron sólo algunos meses. Pero la investigación fue mucho más tardada. No puedo decirte cuánto porque puse las historias de las épocas de todo lo que lo que yo he leído. Antes que escritora soy más lectora, una lectora empedernida, una lectora rebelde, una lectora compulsiva. Puse aquí muchas historias, de muchos personajes que a mí me ha gustado leer, de lo que encontré y que tenían algo que decirme a lo largo de muchos años. Entonces es un libro que se escribió en pocos meses pero se documentó en muchos años, a lo largo de mi vida que he sido lectora.

¿Y publicarlo?

−Publicar no es tan fácil. El tema de escribir es un tema en solitario. Publicar es distinto: tienes que esperar respuestas o dictámenes, hasta que alguien te dice sí me interesa o sí le veo futuro. Fue algo paralelo estar escribiendo y buscando a alguien a quien le pudiera interesar.

¿Te identificas con alguno de tus personajes?

−Hay un poco de mí en todas estas mujeres que van usando estas perlas. Todos los personajes existieron. Hasta los nombres de los criados son reales, excepto los últimos personajes de finales del siglo, ésos son totalmente mi creación. Podría decirse que quien tiene un poco más de mí es un personaje que se llama Alix. Se acerca más a mí: se deja sorprender por todos y no sabe en qué va a parar, no sabe cómo le va a ir, pero aun así se lanza.

¿Trabajas actualmente en algo?

−No, ahora me dedico nada más a escribir y la mayor parte del tiempo a leer.

¿Hay algún autor que te haya inspirado para tu novela?

−Fíjate que todos. Yo tengo algo de todos los escritores. Empecé a leer desde muy joven, cosas que incluso no eran para mi edad. Diría que tengo de todos, aunque tengo mis favoritos que me marcaron.

Fue ahí cuando empecé a descubrir que podía llorar, sufrir, reír. Alejandro Dumas, Charles Dickens, Shakespeare, Cervantes, Ágata Christie me gustan muchísimo y más que tener un libro que me haya inspirado, Las perlas malditas del Almirante es producto de muchas cosas que leído a lo largo de muchos años. También soy muy aficionada de los modernos y los no tan modernos. Me gusta mucho Pérez Reverte y últimamente estoy leyendo a muchas mexicanas. Sofía Segovia me encanta.

Mónica Hernández invitó a los lectores de El Popular, diario imparcial de Puebla a leer su novela y manda un contundente mensaje donde se revela la importancia de la mujer en la historia.

“Es una historia de Cristóbal Colón salpicada de misterio, de secretos, de pasiones y de detalles de personajes que todos conocemos y que al mismo tiempo desconocemos mucho; y ésta es mi propuesta. Detrás de abanicos, detrás de susurros, de murmullos y faldas grandes y con velos hasta la cara, las mujeres hacían mucho. Dentro de lo que les dejaban hacían muchas cosas. Digamos que las mujeres siempre nos hemos dado nuestras mañas”.

 

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