Yaquis liberan vía de tren en Sonora ante promesa de obra social

La etnia de los yaquis ha sobrevivido a intentos de exterminio, debido al fértil valle y la cuenca hídrica en que se encuentran.

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Indígenas yaquis liberaron este sábado la vía del tren bloqueada desde hace 16 días ante el compromiso de autoridades mexicanas de obras de agua potable, electricidad, escuelas, clínicas de salud y viviendas en sus comunidades.

Tras una negociación que se alargó cuatro días, las autoridades yaquis accedieron a cesar su bloqueo iniciado el 5 de agosto, con el compromiso de las obras sociales mencionadas, informaron autoridades estatales y federales.

René Téllez Castro, director General del Gobierno de Sonora, explicó que en la negociación con los yaquis participaron funcionarios estatales y federales que continuarán trabajando para mejorar la calidad de vida en las comunidades indígenas.

“El hecho de liberar la vía como una muestra de buena fe, de buena voluntad, entre los pueblos yaquis y los Gobiernos Federal, Estatal y Municipal, nos sigue conminando a todos a seguir trabajando", dijo el funcionario a la prensa.

Téllez indicó que los tres niveles de gobierno trabajarán de manera coordinada para generar las condiciones que los Yaquis están solicitando.

Este sábado los trenes cargados pudieron atravesar 90 kilómetros a través del territorio Yaquis hacia sus destinos, que transportaban cargamentos como libros de texto, cloro para potabilizar agua, cisternas de gas, entre otros.

Las autoridades confirmaron que el 10 de septiembre tendrán una nueva reunión con los yaquis para revisar los avances de los compromisos.

La etnia de los yaquis ha sobrevivido a intentos de exterminio, como el del dictador Porfirio Díaz, que en el año 1900 intentó masacrar a la tribu en la Batalla de Mazocoba.

Este enfrentamiento estuvo precedido por largos años de una guerra de baja intensidad que cobró la vida de 23.000 indígenas entre fusilamientos, ahorcamientos, toma de prisioneros y una deportación masiva a Yucatán, en la otra punta del país, que tenía el propósito de acabar de tajo con su cultura.

El botín de guerra siempre ha sido el fértil Valle del Yaqui y el abundante agua de una cuenca hídrica que nunca ha terminado de secarse a pesar de que actualmente abastece al menos a cuatro de las ciudades más pobladas de Sonora: Hermosillo, Guaymas, Empalme y Ciudad Obregón.