Sodio excedente en la dieta: un gran riesgo

Panes industriales, tanto dulces como salados, y carnes procesadas contribuyen a una ingesta excesiva de sodio.

La ingesta excesiva de sodio genera problemas graves de salud. En la mayor parte del mundo occidental este excedente proviene de los productos ultraprocesados, que incluyen al nutriente como saborizante y conservador, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

Entre la población mexicana, la ingesta diaria de sodio es mucho más alta que lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Un estudio muestra que en el país se consumen alrededor de 3150 mg de sodio al día, mientras que el margen recomendado por la OMS es de 2000 mg para adultos[1].

 

Nuestro país es uno de los consumidores más asiduos de productos ultraprocesados, la mayoría de los cuales incluyen excedentes de sodio. El mismo estudio encontró que, aunque a primera vista podrían no ser una respuesta obvia, los panes tanto dulces como salados contribuyen juntos un 16% del consumo diario per cápita de este nutriente crítico. Asimismo, el siguiente grupo alimenticio con mayor peso en términos de ingesta de sodio fueron las carnes procesadas, responsables del 8 por ciento.

 

Esta proporción no es solo local, pues resultados parecidos han sido reportados en Costa Rica, Reino Unido, Colombia, Francia y Canadá, en los que los productos panificados fueron los principales responsables del sodio en la dieta, aunque los porcentajes varían de país en país. En México, los últimos datos de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora indican que en 2017 se consumieron 34 kg de panes per cápita, casi tres kilos al mes.

 

Del universo de productos ultraprocesados analizados por la OPS en su estudio” Alimentos y Bebidas Ultraprocesados en América Latina”, el 99% contiene sodio, y 63% en exceso. Las salsas pre-empacadas, sopas instantáneas y los snacks dulces y salados son algunos de los insumos más culpables, superando con creces el límite establecido por este organismo de 1 mg por cada Kilocaloría.

 

Otros productos pertenecientes a esta categoría son los nachos y las tortillas de maíz, las galletas dulces y saladas, la margarina, los aceites y grasas para untar, el queso procesado, los cereales familiares e infantiles para el desayuno, las barras para el desayuno, los concentrados para bebida y una gran parte de los alimentos listos para consumir.

 

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud 2018, 18.4% de la población tiene hipertensión, con un porcentaje ligeramente mayor en mujeres que en hombres. La primera causa de muerte en el país fueron las enfermedades cardiovasculares de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

 

El rol que el sodio juega en las Enfermedades No Transmisibles (ENT) ha sido bien documentado. Este ha sido asociado con hipertensión, enfermedades cardiovasculares y renales y con un riesgo incrementado de accidentes cerebro vasculares. Por otra parte, reducir su consumo tiene efectos evidentes en la salud, pues se ha demostrado que mejora significativamente la presión sistólica y diastólica tanto en adultos como en niños[2].

 

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[1]  https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5579604/#B10-nutrients-09-00810

 

[2]  https://www.who.int/nutrition/publications/guidelines/sodium_intake_printversion.pdf

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