México ya sufría de una pandemia antes de la llegada del coronavirus, pero era de tipo no infecciosa, es decir, no contagiosa. Se trata de la obesidad, sin embargo, con la nueva enfermedad viral el cuadro se complica en los pacientes contagiados, cuando previamente sufrían de sobrepeso y obesidad.

A tal punto que el escenario fue motivo de discusión en la mesa online que se le denominó “Restos para la atención de la obesidad y complicaciones ante el COVID-19”, donde diversos expertos de distintas instituciones de la salud conversaron sobre la experiencia que han vivido al tratar los casos de contagiados de coronavirus que tienen exceso de grasa corporal.

Este encuentro surgió porque en la pandemia se incrementaron las consultas por obesidad y sobrepeso en México, tanto en clínicas públicas como privadas, ya que los pacientes atravesaban la enfermedad viral con mayores dificultades que una persona sin sobrepeso.

El escenario se complica porque México pasó el millón 200 mil de casos de contagios de coronavirus. Mientras que las cifras de sobrepeso son alarmantes, porque el 73 % de los adultos tienen sobrepeso y el 35 % de los niños y adolescentes se encuentran en condiciones de obesidad.

Estos valores comienzan a verse reflejados en las hospitalizaciones porque el 16.5 % de las hospitalizaciones por COVID-19 están vinculadas a sobrepeso y obesidad, de acuerdo con especialistas del hospital universitario de Nuevo León.

A pesar de que los especialistas médicos han informado sobre el riesgo que significa padecer obesidad y contagiarse de coronavirus, los mexicanos no le han dado el valor de importancia suficiente. Así lo demostró el estudio ACTION-IO que se presentó al Congreso Europeo Internacional sobre Obesidad 2020 (ECOICO) en el que 76 % de los encuestados dice no tener intención de bajar de peso.

Antes de que se registrara la pandemia de coronavirus, el Gobierno mexicano mostraba preocupación por los altos índices de obesidad que ubican a nuestro país como el segundo en el mundo con más personas con exceso de peso. Es por ello, que decretaron la Norma Oficial Mexicana NOM-051 que modifica y hace más estricto el etiquetado de los alimentos procesados, a fin de que la ciudadanía tenga conocimiento de qué consume y lo perjudicial que es para su salud.

Los índices de obesidad no solo se complican por la mala alimentación que desarrollan los mexicanos, sino también por la falta de ejercicio que es fundamental para mantener la salud. Según la web especializada en fitness y deporte Fitnesspiratas, el 58.3 % de los mexicanos reconoce que no practica ningún tipo de ejercicio físico. Precisamente la inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad por enfermedades no transmisibles.

El especialista en condición física, mencionó que las personas con un alto nivel de inactividad física tienen un riesgo de muerte entre un 20 % y un 30 %, por lo tanto, recomienda realizar ejercicio al menos 30 minutos de forma diaria.