A través de su cuenta de Twitter, el abogado Renato Girón compartió un fragmento de un estudio titulado “MUÑECO DE ROSCA. SE ENCUENTRA EXENTO DE PAGAR TAMALES AL QUE LE SALGA EL”, en el que se señala que el que saque un muñeco en la rosca debe pagar los tamales, pero no sólo la primera en hacerlo.

También señala que no se traérselo, esconderlo o volverlo a introducirlo la exquisita rosca de reyes.

En el texto se cita:

“Por ser un hecho jurídico aleatorio, propio del azar y de lo que la doctrina romanista continental denomina como «buena suerte», se impone una interpretación conforme y pro persona de las obligaciones resultantes de sacar el muñeco de la rosca de reyes.

Toda vez que esta celebración popular es una de las especies de la Declaración Unilateral de la Voluntad en su modalidad de concurso, por el principio constitucional de equidad que informa a los derechos humanos reconocidos en la Carta Magna Federal, lo más idóneo, conforme a la Constitución y la protección más amplia de la persona, es que la mayoría solvente el pago de los tamales.

En consecuencia, quedan exentos, en cualquier despacho, tribunal, sala y/o juzgado, atendiendo al principio de igualdad a todas las personas que le salga el muñeco en la referida de roscas de Reyes y efecto de que no se lo traguen escondan o vuelvan a introducirlo la exquisita rosca de reyes.

¿POR QUÉ SE PAGAN LOS TAMALES?

En la cultura mexicana actual, la tradición de comer rosca de Reyes procede de la colonia.

Proviene del sincretismo de las tradiciones españolas e indígenas, la rosca fue traída por los españoles y la celebración del 2 de febrero coincide con los festejos que los mexicas realizaban a los Tlaloques en honor de Tláloc, Dios de la lluvia, para comenzar el ciclo agrícola.

La rosca tiene en su interior varios muñecos ocultos que representan al Niño Jesús cuando se escondió de los soldados, debido a que Herodes mandó matar a todos los niños menores de dos años.

Se tiene la creencia de que quién encuentre el Niño Dios en la rosca se convierte en su padrino y automáticamente adquiere el compromiso de cuidarlo, vestirlo con ropa nueva y presentarlo en la iglesia el día 2 de febrero para bendecirlo. Después invitará los tamales y el atole.

En México el tamal tiene un sentido ceremonial, “de ritual”, pues era un elemento importante en los festejos y ofrendas que se hacían para comenzar un nuevo ciclo agrícola.