La zona arqueológica del Templo Mayor, en el centro de Ciudad de México, reabrió este martes sus puertas bajo protocolos sanitarios después de más de un año de cierre debido a la pandemia del coronavirus. La reapertura del sitio ocurrió a las 10.00 hora local (15.00 GMT) "bajo estrictas medidas sanitarias a fin de garantizar la seguridad de su personal operativo y de los visitantes" y con "grupos no mayores a 10 personas", informaron las autoridades. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó en un comunicado que la zona arqueológica abrirá los martes, miércoles, viernes y sábados y su aforo estará restringido a un máximo de mil visitantes por día, pero el Museo de Sitio todavía permanecerá cerrado. Entre las medidas preventivas, de carácter obligatorio, que se pudieron observar en su primer día de apertura fue el uso del cubrebocas, la toma de temperatura corporal y la aplicación de gel hidroalcohólico, además de distanciamiento social. Los encargados del lugar también indicaron a los visitantes que en caso de que alguna persona presente síntomas de contagio se le dirigirá de acuerdo a los protocolos. El Templo Mayor fue el principal centro ceremonial de los mexicas (aztecas) y fue utilizado durante la conquista de Hernán Cortés como cimiento para construir el actual centro histórico de la Ciudad de México, levantada sobre la antigua Tenochtitlan. Los primeros vestigios se encontraron en mayo de 1914 y marcaron el inicio de un nuevo periodo en la arqueología mexicana. El recinto de la antigua Tenochtitlan albergaba, entre otras edificaciones, el Templo Mayor, con doble capilla dedicada a los dioses Tláloc y Huitzilopochtli, y la Casa de las Águilas, y su desarrollo se dio de los años 1325 a 1521 d.C. Además, estaba ubicado debajo de la actual Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, una de las primeras iglesias que los españoles construyeron sobre los templos prehispánicos del país. |