Existen búnkeres para mujeres violentadas

No se sabe a ciencia cierta en dónde se ubican; son lugares confidenciales

 Karina ÁLVAREZ

 COMO SI se tratara de una zona de guerra, las mujeres violentadas deben cubrirse y esconderse de la mejor forma para no ser encontradas por sus agresores y en Puebla organizaciones civiles saben bien cómo protegerlas.

Desde hace varios años, estos organismos instalaron refugios para la protección de las féminas que sufren violencia extrema, la cual consiste en golpes que hieren a muerte, desfiguraciones de la cara o cuerpo; quemaduras, fracturas o hasta la pérdida de conciencia.

Estos “búnkeres” se encuentran en diferentes zonas de la entidad, no se sabe a ciencia cierta en dónde se ubican, son lugares confidenciales, en donde la seguridad y la discreción se han convertido en las mejores armas de defensa para estas mujeres.

Michel Monterubio, coordinadora estatal del programa de atención a la violencia de la Secretaría de Salud del estado, informó que en dichos lugares se les brinda protección, alimentación, apoyo psicológico y actividades para reincorporarse a la vida cotidiana.

En el estado dos de tres mujeres han sido violentadas alguna vez en su vida.

Ayer, se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres y Niñas, en donde Michel Monterubio informó que el mayor número de agresiones se da entre las mujeres de 15 a 40 años de edad.

Esto se debe, comentó, a que por lo general los 15 años es la edad en que las féminas cuentan con un mayor desarrollo físico y pueden llegar a sufrir agresión sexual.

Y es la violencia sexual, junto con la psicológica y la física, las que más padecen las mujeres y niñas.

La coordinadora estatal explicó que las cifras mencionadas han sido comprobadas a través de los programas de atención a violencia familiar, sexual y de género, en donde han llegado varios casos de agresiones extremas.

Se diferencia la violencia extrema de las demás porque en ésta hay mujeres que llegan con la cara desfigurada, con golpes a punto de la muerte, cortadas o heridas por algún otro tipo de objeto.

Los costos que genera la violencia son muy altos: vivir un año de agresiones constantes disminuye en cinco años la vida saludable de la víctima, aseguró Monterubio.

Los niveles de violencia varían. Datos del Instituto Nacional de las Mujeres indican que una mujer que proviene de un núcleo familiar de golpes es muy propensa a vivir una relación de agresión en su madurez.

Durante 2010, indican los datos, el Inmujeres y la Secretaría de Salud atendieron más de 100 mil denuncias por estos hechos.

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