Explosión fue por falla de Pemex: Etcheverry

** El extrabajador de Pemex lamentó que el caso se haya cerrado luego de seis meses Karina FERNÁNDEZ [caption id="attachment_4976" align="alignleft" width="300" caption="Una niña recupera un Niño Dios en su casa chamuscada por el incendio."][/caption] No hubo toma clandestina en San Martín Texmelucan que provocara el incendio ocurrido hace un año y que cobrara la vida de 30 personas, aseguró Armando Etcheverry Beltrán tras reconocer que el análisis de ésta tragedia quedó en el abandono a seis meses de lo ocurrido. En entrevista exclusiva para El Popular, diario imparcial de Puebla, quien laborara por más de 24 años en la paraestatal, sostuvo que Pemex encubrió una falla en su sistema de traslado de crudo a través del oleoducto de 30 pulgadas y apostó por la hipótesis de que lo sucedido no fue resultado de un supuesto robo. A decir del experto, hay pruebas que demostrarían que el suceso en el que perdieron la vida 30 texmeluquenses fue provocado por un error de la paraestatal y no por el robo de crudo, pues adelantó que la primera razón del por qué no habría toma clandestina es porque no hay mercado para comercializar este producto. “Ellos dicen que es una toma clandestina, si bien sabemos que las hay, lo que es incongruente es que haya tomas clandestinas de crudo, porque si fuera de gasolina se vendería en las estaciones, pero cuál sería la función y a quién venderían crudo”, argumentó. Los argumentos Para demostrar por qué la tragedia de San Martín no fue provocada por un intento de robo de crudo, el excandidato a la gubernatura del estado por el Partido del Trabajo solicitó al director General de Pemex Refinación, Miguel Tame, la lectura del “diablo instrumentado” que de manera periódica inspecciona los ductos. El “diablo instrumentado”, explicó Etcheverry Beltrán, es una herramienta que recorre las tuberías de manera regular. Los instrumentos, que posee el aparato, indican la presencia de una falla en el ducto, la pérdida de material, puntos de corrosión y roturas mínimas. Si fuera toma clandestina, cuestionó el expetrolero, “¿por qué no la detectó el ‘diablo instrumentado’, si detecta desde puntos de corrosión, cómo no va detectar que se está extrayendo material?”. Otros documentos que solicitó Etcheverry fueron las gráficas de operación del manógrafo, el cual registra la presión por horarios en los ductos, y es pieza clave para demostrar que hubo una baja en la presión cuando se intentó extraer el crudo. En las estaciones de bombeo existen manógrafos. Cuando hay fugas, al haber una baja en la presión, estos avisan al operador para cerrar las compuertas entre estaciones y con esto evitar que se derrame más fluido, explicó. Aunque la solicitud de lectura del los datos del “diablo instrumentado” y de las gráficas del manógrafo le fueron negadas, Etcheverry dedujo que de haber existido una toma clandestina en la estación seis, correspondiente a San Martín Texmelucan, debieron haber hallado restos de personas cercanas al oleoducto y la máquina con la que realizaban el robo. Otras razones La extracción de crudo, o cualquier otro combustible o producto en tuberías, comentó, debe realizarse con un equipo especial. En este caso es por medio de una maquina difícil de operar y que cuesta no menos de 4 millones de pesos, conocida como tapping machine. “En las tomas clandestinas con el tapping machine, hay una tubería hacia la que se bombea el líquido, ¿dónde estaba el depósito?, no existe; ¿dónde estaban las tuberías?, no existen; ¿dónde está la tapping machine?, les dio tiempo de quitarla, desoldarla”, dijo con sarcasmo el experto en el área. “La conclusión para ellos (Pemex) fue a los seis meses que dio el veredicto técnico, a través del investigador en metalúrgica del Instituto Politécnico Nacional, Jorge Luis González Velázquez, y ahí murió; se pagó a los afectados. Pemex ya no salió a decir nada y no lo hará en épocas de elecciones”, sentenció Etcheverry.
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