Reporta INAH que va a la baja el robo de arte sacro

Investigadores dicen que se han saqueado varias iglesias Pilar BRAVO EL CENTRO regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) este año, solo tuvo reporte de tres robos de objetos y pinturas robadas en las iglesias católicas de Puebla, lo que revela que el robo de arte sacro se ha logrado detener, sin dejar de reconocer que las autoridades eclesiásticas han tenido una mejor organización para evitar los saqueos. El delegado del INAH en Puebla, Hugo Valencia Valero, dijo que los años de mayor crisis ocurrieron entre 1999 y 2001, en que los templos más antiguos de Puebla que se ubican en Atlixco, Huaquechula, Tepeaca, Tecali y Huejotzingo sufrieron los embates de ladrones de arte que seguramente tenían compradores que conocían el valor de las pinturas y de los objetos robados. Señaló que son raros y escasos los objetos que se recuperan, aunque admitió que la Procuraduría General de la República (PGR) a través de la fiscalía especializada para ese tipo de obras, logró encontrar imágenes y objetos de iglesias de Puebla que eran subastados por internet y que la intervención oportuna, evitó que esas piezas incluso salieran de México. Dijo que en 10 años que ha estado en Puebla, al menos 800 objetos de valor artístico fueron robados; sin embargo, al endurecer la responsabilidad a los párrocos y a las personas encargadas de cuidar los templos, conventos y capillas que son patrimonio federal, se ha logrado abatir ese robo que se convirtió en mina de oro para ladrones especialistas. En el estado hay más de 700 inmuebles religiosos, pero no todos tienen pinturas u objetos de valor, ya que la mayor parte de los que han sido saqueados pertenecen a los siglos XVI, XVII y XVIII, que son pinturas al óleo, piezas de santos talladas en marfiles o maderas preciosas u objetos de uso religioso bañados en oro. Puebla por haber sido un estado colonial, tenía iglesias con grandes riquezas, en la actualidad las únicas que existen son las de la catedral, que tienen custodia permanente, además de que los robos que tuvo la Basílica permiten ahora que se tengan mecanismos de circuito cerrado y sensores que están conectados a la policía para evitar otros saqueos.
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