| Autor señala que los indocumentados carecen de apoyo por gobiernos federal y estatal; además de sufrir abusos de parte de autoridades. Karen MEZA Los migrantes centroamericanos no cuentan con apoyo del Gobierno Federales ni de los estatales; en cambio, las decenas de personas que atraviesan las entidades componentes de México, son víctimas de abuso de poder y violencia por parte de autoridades mexicanas, afirmó Pedro Ultreras, duranguense autor del libro La Bestia, la tragedia de migrantes centroamericanos en México. El escritor, para su libro, inició un viaje en Guatemala; junto a migrantes, vivió su travesía en el tren, único transporte que pueden utilizar. Atravesó los estados de Chiapas, Puebla, Tlaxcala, México, Saltillo y Nuevo León para realizar el texto y un documental. En los últimos dos años, el número de migrantes incrementó; sus países de origen son, en primer lugar, Honduras, seguido de Brasil, Perú, Bolivia y Guatemala, comentó. Reconoció, además, como focos rojos para llegar a la entidad poblana a los estados de Chiapas y Veracruz; debido a los secuestros de migrantes femeninas, para su explotación sexual; y presión a los varones para unirse a la delincuencia organizada en estos territorios. “En el caso de los secuestros, los mayores y más masivos, se dan en Medias Aguas, un sitio que está cerca de Tabasco”, advirtió y agregó que, en los últimos años, en casi todo el territorio de la República Mexicana, los migrantes son blanco de la delincuencia. Puebla, con baja cantidad Sobre el Estado de Puebla, señaló, una baja cantidad de migrantes se detienen en él; debido a que, en su mayoría, transitan de Orizaba a la ciudad de México, y no encuentran apoyo gubernamental, ni instituciones que les faciliten víveres y lugares para descansar. El autor de La bestia, afirmó que existen cientos personas con extremidades mutiladas por subir al tren. De estos casos, en los estados de Tlaxcala y Puebla, sólo se registraron dos; el accidente se ocasionó por el cansancio de los viajeros, que se quedaron dormidos sobre el tren y, al despertar, cayeron perdiendo automáticamente las piernas. “Yo le dije a una señora que iba en el tren: ‘¿No le da miedo venir aquí, arriba del tren?’, ‘¿Qué pensaría su gente en este momento?’ Pero, ella me dijo que el que miedo lo perdemos cuando tenemos las primeras deudas, cuando pensamos en la falta de alimentación de nuestros hijos; de nuestros hijos nacen las ganas de ir hasta allá” narró el autor como parte de las historias que, refirió, le provocaron escalofríos. No todo es malo en su recorrido, afirmó; pues, aunque existen maquinistas, garroteros y policías que cobran 300 pesos por no dar información y no deportarlos, existen otros que los apoyan, principalmente a las mujeres; a las que llevan de manera gratuita a su destino, narró. “México, un cementerio sin cruces; muchos mueren en el camino y nadie se entera de nada, porque no pasan por los montes; muchos meses después se encuentran”, sentenció Pedro Ultreras, al tiempo que reconoció la inexistencia de estadísticas totales sobre migrantes; la razón es que muchos, a su paso, no se registran en albergues o espacios donde se les brinda apoyo. Ley federal estancada A México le falta aprobar una ley migratoria que permita cruzar legalmente a los migrantes centroamericanos, y vivir varias semanas a los foráneos en cualquier estado de la República. “Recordemos que éstas personas no se quieren venir a vivir aquí; este es su lugar de paso. De estar aquí, utilizarían hoteles, transporte, restaurantes e, incluso aviones; a México lo beneficiaria, sería una derrama económica para el país”. Sobre el tema de la Ley Migratoria, recordó que el 24 de mayo del año pasado, el titular del Ejecutivo, Felipe Calderón, firmó una ley a favor de los migrantes centroamericanos; dio 6 meses para crear mecanismos de funcionamiento, se terminaron, y ésta ley quedó sólo en el papel. “En noviembre se terminó el plazo de los mecanismos. En un Foro Internacional, se dijo que México es un país benévolo con los migrantes; ningún país es más bueno con los migrantes que México. Lo que no se dijo, es que esta ley existe, pero está muerta; aprobada, sí, pero sin funcionamiento”, acusó. Señaló que, si el Gobierno Federal quisiera detenerlos, lo haría y aseveró que el Instituto Nacional de Migración sabe quiénes y cuántos son, así como en donde se ubican las paradas principales del tren, como Tenoxique, Tierra Blanca, Ciudad Hidalgo. “Los trenes no van de paso; son de origen. Y todos saben que, después de 4 -o menos horas-, pasa el tren; todo mundo sabe, menos el gobierno mexicano” concluyó. |