** Especialistas en género de la Ibero, exponen las problemática de la educación machista; llaman a la revisión de las leyes que protegen a las mujeres Frida RIVERA LA CULTURA sexista que impera en la sociedad no permite ver los factores que violentan la integridad tanto en hombres, como en mujeres; sin embargo, son los varones quienes más violencia generan entre sí, según el último estudio realizado por la Organización de Estados Americanos (OEA). En el marco de la campaña universitaria 2012 Por la Paz, la Justicia y la Seguridad Ciudadana, impartida por especialistas de la Ibero Puebla, se reveló que al acudir al Ministerio Público a presentar una denuncia, las mujeres se encuentran con dos barreras: el trato de los funcionarios, que muchas veces las culpan del acto de violencia y las leyes. Lo anterior, pese a existir una Ley Para el Acceso de Las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, pero no se cuenta con la forma adecuada para efectuar las sanciones que conllevan incumplirla. Además, la educación machista ha subsistido por generaciones, donde muchas veces las mujeres la transmiten pues “la educación recae en las mujeres, aunque el padre debe educar a la par; sin embargo, la sociedad ha permitido que ese rol le corresponda a la mujer”, comentó la especialista Anahí Espíndola Pérez. Seguridad a la mujer En 1979, la Organización de Estados Americanos (OEA) lanzó una declaratoria, para convocar a todos los estados a una revisión de sus programas de estudio, en cuanto a leyes que regulen la violencia contra las mujeres. México fue uno de los pioneros en participar, al firmar el acuerdo en 1981, sin embargo, al realizar las evaluaciones correspondientes, “no pasa el examen de inspección desde hace años, el último estudio realizado, hace cuatro meses tampoco se acreditó, debido a que los índices de violencia hacia las mujeres no bajan”, expresó la especialista Lourdes Pérez Oseguera. Gabriel Morales Hernández, investigador en el tema, señaló que las leyes que amparan a la mujer en caso de sufrir violencia no surten efecto en la práctica; por ejemplo, la denuncia se vuelve un sistema complicado, al recurrir a un careo que estipule los daños y las sanciones. Otras deficiencias en las leyes radica en el caso de una violación, pues con el hecho de que el agresor se case con la víctima, el delito queda perdonado, ley que para nada beneficia a la mujer, aseguraron. Agregaron que para detener la violencia, los ciudadanos deben cambiar esta situación desde casa, en la educación de los hijos, para dejar atrás la cultura sexista, que es semilla de violencia. |