Lunes 26 Noviembre 2012
**Una trayectoria de más de 10 años ha concedido a la actual directora de la corporación vial el puesto. Reconocida al exterior del ayuntamiento afirma: “Las mujeres pueden llegar hasta ocupar el cargo del maestro Amadeo Lara”  Karen MEZA UN EDIFICIO ubicado en el boulevard San Felipe 2821 de la colonia Rancho Colorado alberga las oficinas de Carolina Zabalegui Velázquez, quien después de 10 años de arduo trabajo fue nombrada directora de Tránsito Municipal. En aquella oficina se encuentra la primera mujer en la historia de la corporación capitalina al frente de Tránsito Municipal y un caso de excepción a nivel nacional por surgir de las filas del personal operativo. Es originaria de Oaxaca. Llegó a la capital poblana en 1997 para estudiar la licenciatura en Psicología en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Al término de su preparación profesional, en 2003, decidió integrarse al departamento de Educación Vial de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, pero para poder ejercer el trabajo tenía que prepararse en la Academia. “Me gustó e inicié a trabajar con el personal operativo”, dijo al mencionar que formó parte de personal de pie-tierra, donde daba el pase a los automovilistas. Más tarde fue patrullera y después jefa del Sector 5. A la par de Zabalegui Velázquez, 60 mujeres fueron reclutadas para incorporarse a las filas de Tránsito. Sin embargo, muchas de ellas desistieron por motivos personales o académicos. La capacitación física para el cuerpo de agentes era la misma: correr más de tres horas sin descanso y en horarios parecidos a los de los varones. La zona militar y la Universidad Cuauhtémoc, los escenarios para sus actividades. Durante la entrevista recordó que los horarios de sus jornadas de entrenamiento para incorporarse a las filas de Tránsito constaban de tres turnos: 6 a 15 horas, 14 a 22 horas y 20 a 6 horas. “Yo decidí quedarme porque me gusta ayudar a las personas, va de la mano con lo que yo estudié. Sé cómo son las personas cuando se pasan el alto y por qué son agresivos, por qué mienten para no hacerse acreedores a una sanción”, expresó. Sin prepotencia Durante la preparación de los futuros elementos de Tránsito, los varones aceptaron a las mujeres en el grupo, entre ellas la actual directora. Carolina Zabalegui comentó que los compañeros apoyaban a las mujeres durante las pruebas de resistencia, quienes se colocaban detrás de las más “gorditas” para terminar a la par las actividades. “Los hombres se ponían atrás y adelante al momento de correr, nos echaban porras y nos decían ‘tú puedes’, creo que desde ese momento integramos un buen equipo de trabajo”. Entre anécdotas, Zabaleguip explicó que en sus funciones anteponen la comunicación con los conductores, pues ante la agresión de algunos varones, los elementos femeninos de Tránsito han sancionado a los automovilistas, quienes no cejan en el hostigamiento cuando se encuentran bajo el influjo del alcohol. —¿Qué pasa con las “mordidas”? Alguna vez lo intentaron. Cuando entré a la corporación detuve a un señor por exceso de velocidad. Me dio la mano y cuando lo hizo me tendió 20 pesos, pero me espanté tanto que se los devolví. Toda la gente hace eso, pero es más barato ponerse al corriente en documentos que gastar en ‘mordidas’ y la infracción. —¿De quién es la culpa? Es culpa de ambos, del que da y quien recibe. Actualmente quien acepta es sancionado con la misma cantidad de dinero con la que se castiga al conductor. De Tránsito a salvavidas “Un día detuve a una personas porque iba a exceso de velocidad, no me percaté que venía a una persona de la tercera edad. La mujer me dijo: ‘Ayúdame, mi mamá sufre un infarto’. Entonces dejé mi unidad y manejé el auto. La llevé al hospital. Nunca me enteré en qué terminó la historia”, comentó la exagente al narrar la experiencia laboral que marcó su vida. Dos meses después, la señora que salvó en aquel suceso la buscó y en forma de agradecimiento le regaló unos chocolates. “No gracias, este es mi deber”, contestó en aquella ocasión. Al mando de una corporación La entrevistada, de 39 años de edad, precisó que con su actual cargo tiene grandes responsabilidades, pese a los pocos elementos con los que cuenta. En total son 280 uniformados, donde 50 son mujeres y 230 varones. Para resarcir ese déficit necesitan 500 elementos, pero en la actualidad 80 por ciento trabaja en el descongestionamiento de las vías debido a las obras que se llevan a cabo en la capital. “La equidad de género la obtienes cuando quieres. Todos podrían contribuir. Los elementos a mi cargo son capaces de cumplir: podrían ser titular de la Secretaría” dijo. —¿En este trabajo, qué alcance tienen las mujeres? Hay equidad de género, son más respetadas. Las mujeres pueden llegar hasta ocupar el cargo del maestro Amadeo Lara. —¿Aspiraría la Secretaría General? Pues, sí. —¿Cómo ve su labor? Bien, con poco personal, pero que saca adelante su trabajo. “Disfruté la maternidad” Con más de 10 años de servicio, el pasado jueves el Premio Palmas de Oro como la Mejor Policía del Año en el DF, entregado por la asociación de profesionales de la comunicación, Círculo Nacional de Periodistas AC, en la 54 edición del citad premio, recibió la mención al policía más destacado. “No sé quiénes son, me tomó por sorpresa. Desconocía cómo se enteraron de mi trayectoria. Mi equipo habló bien de mí; me siento orgullosa. Mi hija y marido se sienten orgullosos. El premio es de los tres”, expresó la madre de una niña de 13 años. Destacó que parte de sus logros es cuidar a su hija, quien le preguntó: “Mamá, ¿qué sientes al tener este premio?” “Le dije, se siente bonito, es como cuando los Reyes Magos te traen tu regalo, es padre”, externó minutos después de comentar que ha disfrutado la maternidad y cada momento con su única hija. “Este es mi primer reconocimiento, del ayuntamiento no he tenido ninguno (…) mi satisfacción es cumplir con mi trabajo, creo que no es esperar a que te lo reconozcan”, concluyó.