• Desconocimiento general del proyecto predomina en la sociedad y vecinos del lugar Redacción “DESCONOZCO EL proyecto, sólo espero que este pueda seguir siendo un espacio de esparcimiento, aquí vengo todos los días a ejercitarme. Si hay cosas positivas que las digan porque la gente no está enterada”, señaló Ricardo Pacheco al concluir su quinta vuelta por el Paseo Bravo. En el lugar, desde muy temprano los comerciantes reciben a niños, jóvenes y adultos que llegan ahí para tomar su carro o porque les queda cerca de su trabajo o viviendas. El Paseo Bravo es percibido por la sociedad cómo un lugar de esparcimiento familiar, el cual ofrece un espacio para que familias disfruten un momento de sana convivencia. Hoy, Juan llevó a su hijo menor a montar en bicicleta por la zona, en las bancas que rodean al kiosco del siglo 18, él observaba jugar a su pequeño. “Pienso que es una buena intención del gobierno, pero lo que se haga tiene que estar bien hecho, no sé si esto afecte o perjudique porque no nos han explicado nada”, expresó. A pesar de que diferentes organismos y personajes de la vida política de Puebla se han manifestado en contra de la imposición de esta obra, algunos comerciantes ven una oportunidad en esta obra. “Pues si va a venir más gente mejor para nosotros, aunque deberían de avisarnos si nos van a mover o qué va pasar”, advirtió Doña Elvira, quien tiene un puesto de dulces en la parte norte del parque. Para esta comerciante la obra representa un cambio importante en el lugar, que durante más de una década ha significado su fuente de ingreso. “Este es un lugar familiar, los niños se acercan a comprarme dulces cuando vienen con sus papás y así todos los comerciantes pues tenemos nuestra clientela que quien sabe si vaya a cambiar cuando pongan la rueda de la fortuna”, añadió. De igual manera vecinos desconocen la realidad de este proyecto. “Pues se debería de dar más información, no sabemos si vamos hacer afectados con el ruido o con el polvo o si tendrán que cerrar algunas calles durante la instalación”, explicó Don Salvador. De igual manera, un parte pendiente que posee el proyecto es el impacto ambiental que generará en la zona, donde diferentes especímenes arbóreos han adornado el Paseo Bravo durante muchos años.