Miércoles 13 Febrero 2013
** Monseñor impartió misa en la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México con motivo de la peregrinación 126 de la arquidiócesis al Tepeyac Gregorio FUENTES Enviado  peregrinación 1MÉXICO, DF.- La peregrinación número 126 del arzobispado poblano rumbo a la Basílica de Guadalupe en el Distrito Federal abarrotó de creyentes poblanos quienes viajaron en caminata, bicicleta o a caballo para acudir a su cita anual con la Virgen morena. Desde las 10 de la mañana, miles de poblanos ocuparon el atrio y calles aledañas a la Villa en cumplimiento con el llamado que el líder de la arquidiócesis el Estado hizo para unirse en caravanas a este trayecto que se conmemora año con año el día 12 del presente mes. Al pie del cerro del Tepeyac, al interior del templo guadalupano, monseñor Víctor Sánchez Espinosa presidió la misa religiosa en esta sede que lució un lleno durante la homilía y donde destacó a la Virgen de Guadalupe como un faro de fe verdadera. Ahí mismo, el prelado destacó las palabras que Benedicto XVI, quien renunció a su papado el lunes pasado, hiciera en honor a la también llamada patrona de México en su última y única visita a tierra mexicana. “Venerar a la guadalupana es vivir según las palabras del fruto bendito de su vientre”, recordó a los creyentes del Estado que realizaron esta peregrinación, presentes durante la misa. Sánchez Espinosa recordó que también fue Benedicto XVI quien señaló a la Virgen del Tepeyac como “una fuente de gozo, confianza filial, consuelo y esperanza”. Durante el acto religioso, el arzobispo de Puebla de igual manera se refirió a las diversas problemáticas sociales que atañen al País y pidió a la grey presente una oración por la solución de las mismas. “Trabajemos juntos para erradicar la miseria, el analfabetismo, la corrupción, la injusticia, la violencia, la criminalidad y la inseguridad”, expresó el prelado. El representante de la arquidiócesis local pidió de igual manera fomentar la reconciliación, la fraternidad, la solidaridad, el cuidado al medio ambiente y sobre todo la paz social. “Comprometámonos a salvaguardar la fe, a la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su ocaso natural y de la familia en su genuina naturaleza y misión”, añadió.