José ROBLES  A finales de julio de 2013, en el Congreso local se buscó la comparecencia del secretario de Transportes, Bernardo Huerta Couttolenc, para que ayudara a la integración de un estudio sobre la situación del transporte escolar en la entidad. La razón del tema se fundamentaba en que el servicio otorgado por particulares, venía operando al margen de la legalidad y en pésimas condiciones, según el entonces legislador priista Víctor Hugo Islas Hernández; sin embargo, todo parece indicar que la intención quedó en eso, pues los concesionarios de transporte escolar siguen haciendo de las suyas. Para muestra de lo anterior destacamos el reporte de Joshua Lamadrid, quien hace un enérgico llamado a las secretarías tanto de Transportes como de Educación Pública, pero sobre todo, a los padres de familia, para que vigilen la conducta inadecuada, cómo se comportan quienes conducen las unidades ocupadas por menores de edad. “De lunes a viernes, cerca de las 7:20 horas, en parte del trayecto a mi trabajo, coincido con una camioneta marca Volkswagen de color beige, con placas de circulación TVU 63-48, la cual me he percatado que presta el servicio de transporte, por la cantidad de pequeños que viajan en los asientos intermedio y trasero. “El vehículo, que por cierto no porta algún engomado que identifique el servicio público que realiza, o la palabra precaución en la parte trasera, es manejado sin pericia ni cuidado por un señor que ignora los topes, y los semáforos parece verlos como puros adornos de las vialidades como la Prolongación de la 24 Sur y el bulevar Municipio Libre. “Tal parece que su color predilecto es el rojo, pues ni siquiera en amarillo se cruza las vialidades, poniendo en constante riesgo la vida de los pequeños usuarios; desconozco para la institución educativa que el irresponsable transportista trabaja, pero considero que con el número de placas, se puede obtener el dato”, manifestó Joshua Lamadrid.