Luis DINORÍN “JUAN DE Palafox fue un personaje importante que apareció en Puebla en los años de 1640 a 1649. La Catedral fue una de sus aportaciones, misma que terminó de embovedar. Tuvo un pleito con los jesuitas y tuvo que ir dos meses a San José Chiapa. Él luego regresó”, indicó Manuel Salazar Riverol, cronista de la ciudad. “Cuando llegó aquí fue visitador general de la Nueva España, asimismo, arzobispo de la Ciudad de México y fue el noveno obispo de Puebla. Él, en nueve años, hizo por la Catedral lo que nadie”, agregó el cronista. “La calle que actualmente lleva su nombre, se llamaba Maximino Ávila Camacho y para mí es mejor que se llame Juan de Palafox y Mendoza, porque fue un personaje muy importante”, subrayó el experto. “En 1917 la nomenclatura cambió por coordenadas (norte, sur, oriente y poniente). Bajo este sistema todas las denominadas calles, corren de sur a norte y las avenidas de oriente a poniente y van en pares en el Centro Histórico”, expresó el especialista. Otra de las grandes cosas que dejó Juan de Palafox fue una donación de 5 mil volúmenes de libros para la ciudad ante un notario de apellido Valdivia y en su memoria el obispo Francisco Fabián mandó a hacer la Biblioteca Palafoxiana en 1773”, finalizó su explicación. Un templo a Nuestra Señora de Guadalupe y un colegio de niñas dedicado a Nuestra Señora de la Merced fueron los antecedentes de la hoy conocida avenida Juan de Palafox y Mendoza. Un colegio que después fue el de Jesús María, donde hubo ocho mujeres registradas en 1830, y para 1852, la institución registró a 37 alumnas, quienes aprendían escritura, lectura y música bajo la guía de un rector y dos profesores. En 1903 llegaron a la zona misioneros guadalupanos pertenecientes a la orden de la Compañía de Jesús, misma que se disolvió por la Revolución en 1915. La misma cuadra que tuvo una plazuela al sur también, era dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe (que aparece en los planos de hasta 1844). Luego se llamó de S. Javier hasta 1861, cuando aparecieron otros planos de un señor de apellido Ordóñez en 1849 y los de Careaga (1856-1883). Un sitio que también recibió el nombre de “Cabecera de Guadalupe” en 1795 y calle del exconvento de Guadalupe en 1870. En la esquina de esta misma cuadra a la Calle 13 Número 1 (Aztecas) se encontraba desde 1757 un mesón que entonces pertenecía al Santuario de Guadalupe, pero era distinto a otro con el mismo nombre. También hubo en 1844 una casa de pelota y para entonces, el mesón ya se llamaba de San Javier, algo con lo que se divertían los padres camilos; hecho de tanta relevancia, que hasta algún virrey puso las reglas del juego en 1802. Luego de diversos nombres en 1856 la zona donde se encontraba la fuente y el colegio fue destinada como cuartel. Estos datos son un poco de la historia de la hoy famosa avenida que lleva el nombre de Palafox y Mendoza desde 1902. Historia que cuenta a detalle el libro de Las Calles de Puebla del alemán Hugo Leicht. |