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Maternidad infantil, sin reducción real en Puebla

Maternidad infantil, sin reducción real en Puebla
EMBARAZO Maternidad infantil, sin reducción real en Puebla

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En la mayoría de los casos, las menores tienen relaciones sin conocimiento previo sobre métodos anticonceptivos, orientación sexual ni planificación familiar Verónica DE LA LUZ EMBARAZOEn Puebla, durante un periodo de cinco años, 79 niñas menores de 10 años reportaron ante el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) tener al menos un hijo. A nivel nacional, durante este mismo periodo de tiempo, que abarcó de 2006 a 2010, un total de mil 454 infantes de esta misma edad tenían al menos un bebé. La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) reporta que además de estos embarazos en menores, adolescentes de los 12 a los 17 años también procrean hijos, la mayoría de ellas sin conocimientos sobre métodos de anticoncepción, sin orientación sexual o sin tener planificación familiar. Una de las más recientes cifras de la Redim indica que la tasa de maternidad en adolescentes de los 15 a 17 años en Puebla es de 49.1 por cada mil. Aunque esta cifra es una de las más bajas del país, la situación de las menores es la misma, en ocasiones, sin una pareja que las respalde, con riesgos en su salud y en la del infante, además de tener pocas o nulas herramientas para la manutención de los bebés. Ante indicadores similares en los estados se fomentará en el país una Estrategia Nacional de Prevención del Embarazo en Adolescentes, que implica ocho ejes con el objetivo de reducir las cifras de maternidad infantil y adolescente: intersectorialidad, ciudadanía y salud sexual reproductiva, perspectiva de género, curso de vida y proyecto de vida, corresponsabilidad, participación juvenil, investigación, evidencia, evaluación y rendición de cuentas. Apenas el 23 de enero el presidente Enrique Peña Nieto reconoció que a nivel nacional la proporción de nacimientos en madres menores de 20 años era de 16.3 por ciento en 1997; no obstante, en lugar de haber reducción de ese índice, en 2012 se vio que la cifra llegaba a 19.4 por ciento, es decir, hubo un retroceso. Abandono de los hijos, consecuencia de ser madre menor Ana María se embarazó a los 16 años. En 1997 tuvo un bebé varón que no planificó. Después de aceptarlo, sus padres aprobaron que al tener al bebé ella continuara en su casa, con todo y estudios, pues apenas cursaba la preparatoria. Al ver que no tuvo el apoyo del padre del bebé, se entristeció y decidió que el niño no era su prioridad. Tiempo después, conoció a un hombre mayor con el que decidió vivir y comenzar una nueva etapa de su vida, aunque ya sin su bebé: lo abandonó con sus padres. Hoy, el menor que tuvo Ana María es un joven de 20 años que no sabe si continuar sus estudios, cursar una licenciatura o continuar con el trabajo de medio tiempo que ha tenido que tomar por la situación económica de sus abuelos –a quienes él llama padres–. Ana María regresó de visita hace unos meses de Guadalajara, a donde se fue a vivir con su pareja y sus otras hijas; su concubino no le permitió continuar sus estudios, y por su situación económica, tuvo que trabajar en comercio informal. Le ha pedido perdón a su hijo e incluso ha aprovechado beneficios económicos de éste, una vez que ya se empleó. La mujer, sin que diga con claridad los motivos que la orillaron a abandonar a su hijo, ha afectado la vida de éste con su decisión de la adolescencia, pues el joven reconoce que le hizo falta su padre, pero más su madre, que después de cuidarlo unos años, lo dejó a merced de su familia y sin que él pudiera negarse. Las consecuencias De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hay riesgos y consecuencias biomédicas de un embarazo precoz, aunque también existen problemas asociados con el desarrollo infantil, como desnutrición, problemas de aprendizaje y conducta. Por este tipo de embarazos, refiere la publicación, la joven “paga un precio psicosocial” como volverse a embarazar, abortos realizados en pésimas condiciones, suspensión de estudios, matrimonios y uniones precipitadas, disminución de oportunidades de capacitación y empleo. Eso le pasó a Ana María. Aumento de maternidad De acuerdo con la Redim, en Puebla la tasa de maternidad de niñas de 10 a 14 años es de 1.7 por cada mil. Sin embargo, esta cifra ya se vio en 2003, 2005 y 2006, por lo cual en lugar de reducir, ha incrementado en algunos años. Por citar algunos ejemplos, en 2009 y 2010 hubo una tasa de 1.9 niñas embarazadas por cada mil, y en 2008 había 2.2. Por otra parte, la más reciente tasa de maternidad en niñas de 15 a 17 años se registró en 49.1 por cada mil, cifra más baja desde 2000. Pese a ello, la tasa de maternidad de adolescentes no se ha visto reducida con el paso de los años, pues mientras en el año 2000 se registró una tasa de 59.1 nacimientos por cada mil niñas de esas edades, en 2004 la cifra llegó a 52.9, y en 2010 volvió a subir a 57.7, como se aprecia en el cuadro anexo. Información y acceso a métodos anticonceptivos Nataly Hernández, activista de la organización civil El Taller, y exvocera de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddser), opinó que la estrategia nacional de prevención del embarazo en adolescentes es positiva debido a que en los gobiernos panistas de Felipe Calderón y Vicente Fox no se hablaba abiertamente de este tema que, además, ha generado muertes maternas. Si bien la activista reconoció que aún hay negación de algunos servidores públicos y parte de la sociedad a hablar de temas como educación sexual y uso de métodos anticonceptivos, los jóvenes –sobre todo desde los 13 ó 14, edad en la que inician su vida sexual–, tienen derecho a la información de salud sexual y reproductiva. Refirió que además de evitar que muchas menores tengan embarazos no deseados, la estrategia del gobierno federal sería funcional en caso de cumplirse los ejes que se anunciaron, es decir, inclusión de los hombres en el tema, evitar violencia contra las mujeres, no fomentar matrimonios forzados, e involucrar a la población.