La diferencia es abismal entre una zona y otra; mientras en una colonia se ubican residencias y mansiones, en otras como San José o Villa Olímpica carecen de servicios básicos como pavimentación Mario GALEANA Dos mujeres de casi 60 años de edad caminan sobre el sendero empedrado que las conduce hacia el fraccionamiento residencial San José del Puente, ubicado en el área limítrofe de Puebla y Cuautlancingo, dejando tras de sí un rastro de perfume dulce sobre el aire. Saludan a los guardias que se ubican en una de las tres casetas de vigilancia de la lujosa zona y, antes de perderse en alguna de las residencias y mansiones de San José, dicen estar completamente seguras del municipio que pisan: “Esto es Puebla. Cuautlancingo está más para allá, como a cuatro calles. Quién sabe”, dicen con un dejo de disgusto en el tono de su voz. Laura, en contraste con el par de mujeres maduras, no comparte la solidez y seguridad de saber sobre qué municipio se encuentra parada, aunque la atmósfera de la zona donde vive, la colonia San José Citlaltépetl, sea completamente distinta. “Es muy confuso, porque esta calle, creo, aún pertenece a la junta auxiliar Romero Vargas, de Puebla. Pero más para allá, donde yo vivo, en Villa Olímpica, ya es Cuautlancingo. Al menos ahí pagamos la luz”, dice mientras a su paso se escurren grafitis, lotes baldíos con olor a putrefacción y calles cuya última obra pública se llevó a cabo durante la gestión del exgobernador Mario Marín Torres y el expresidente municipal Eduardo Rivera Pérez. Así de contrastante es la zona limítrofe entre Cuautlancingo y Puebla. Así de dispar es la percepción de las personas que en ella radican: por un lado se encuentra la zona de Zavaleta, donde se ubica la colonia San José del Puente, donde hay principalmente conjuntos residenciales y centros comerciales; por el otro, las colonias cercanas a la Romero Vargas, conocida por el viacrucis, que representa para sus habitantes la delincuencia y la falta de servicios que en ella se padecen. Zona de conflicto De acuerdo con el alcalde de Cuautlancingo, Félix Casiano Tlahque, alrededor de 12 colonias se ubican en los más de 18 kilómetros que componen a la franja limítrofe entre la demarcación que gobierna y la de la capital. Desde 2013 los presidentes municipales que han gobernado ambos municipios se han mostrado interesados en aclarar qué colonias pertenecen a cada uno de ellos, aunque en la práctica real, según testimonio de colonos, “ha sido el cuento de nunca acabar”. No obstante, pareciera que sólo las zonas pertenecientes a la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas son las que mantienen confusión entre sus habitantes, dado que en zonas allegadas a Zavaleta, los colonos dicen tener bien claro que se encuentran adscritos a la capital del estado. “Aquí nunca hemos tenido problemas. Pagamos luz, agua y predial en Puebla, y hasta la fecha no nos ha llegado recibo de Cuautlancingo. Me parece que el conflicto lo tienen más allá, como cuatro calles adelante”, dice Regina Martínez, habitante del fraccionamiento residencial San José del Puente. A diferencia de lo anterior, quienes viven en las colonias San José Citlaltépetl y Villa Olímpica, por ejemplo, aseguran estar divididos por una calle, razón por la cual justifican que, por ejemplo, paguen luz al municipio de Cuautlancingo, pero cuando se presentan disturbios -por lo menos dos a la semana- son policías de la Romero Vargas quienes acuden a solucionarlos. “Se pelean los de las banditas, porque esta es una zona muy fea. Se ha descompuesto, porque aquí asaltan a quien pueden. La zona es pesada y por eso, cuando hay disturbios o asaltos, vienen las (patrullas) de la Romero Vargas”, dice Lorena Martínez, habitante de la colonia Villa Olímpica. Inseguridad y calles sin pavimentación Esta parte de la franja limítrofe, es decir, entre la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas y Cuautlancingo, es una de las más peligrosas en toda la capital, aseguraron colonos que han sido asaltados a mano armada múltiples veces. Además, la mayoría de las calles de esta área carecen por completo de pavimentación, y muchas de ellas se han convertido, incluso, en lotes baldíos temporales. “El agua sí llega a esta parte, pero las calles están descuidadas. La verdad no hay colono que se comprometa para intentar hacer alguna gestión, pero es porque muchos no sabemos si dirigirnos a la Romero o a Cuautlancingo”, concluye Judith Álvarez, vecina de la colonia San José Citlaltépetl. |