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Continúa descontento por Línea 2 de la RUTA

Continúa descontento por Línea 2 de la RUTA
ALIMENTADORA Continúa descontento por Línea 2 de la RUTA

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Memorias del Crimen

Atribuyen el sobrecupo en las unidades a que de momento es gratuito, pero después de dos meses sí resentirán el costo en sus bolsillos; denuncian falta de seguridad en la zona Carlos ROCHA Sin tener otra opción de traslado más que las rutas alimentadoras que llevan a la Línea 2 de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), vecinos del sur de la ciudad avalaron las nuevasunidades que pasan con “bastante frecuencia”, aunque el tiempo ganado se pierde al esperar el autobús que transita por el carril confinado. Por esta situación, habitantes de las colonias Balcones del Sur, Guadalupe Hidalgo y Castillotla, prefieren las antiguas unidades principalmente por los trayectos que éstas realizaban. Además, para abordar las alimentadoras los usuarios deben caminar hacia las estaciones determinadas y al final del trayecto todos se bajan en el mismo destino, el Metrobús. La frecuencia con que pasan las rutas alimentadoras mejoró este lunes en comparación con el fin de semana cuando los habitantes tenían que esperar hasta media hora o caminar por las calles, algunas sin pavimentar y otras poco iluminadas, característica de esta zona de la capital. Por esta situación, algunos de los entrevistados señalaron que prefieren los antiguos camiones que hacían paradas donde se pedía, además de que tenían que caminar menos. De igual forma, atribuyen que esta aceptación tiene que ver con el periodo de gratuidad, el cual termina en dos meses y es cuando afectará realmente el bolsillo de los usuarios del sur, que además habitan en una de las zonas de mayor pobreza de la capital del estado. A decir de Lucía Ramírez, quien vive en San Ramón, la situación se ha vuelto complicada, pues antes sabían perfectamente que con agarrar un solo camión podían llegar hasta la Central de Autobuses de Puebla (Capu), pero desde que entró en operación el nuevo sistema de transporte, la información ha sido escasa. “Pues sí, los camiones anteriores manejaban bien feo, pero ahorita casi ni pasaban y los que ahora pasan van muy llenos. Sí, es una cosa por otra, ahorita te subes y el conductor va bien presentado y sin la música alta, pero hay que caminar mucho”, comenta. Explicó que antes esperaba alrededor de 5 minutos por un camión de los Galgos, y ahora deben medir sus tiempos para poder llegar bien al trabajo o a la escuela. Algo similar se presentó en la zona del fraccionamiento Santa Clara, en la intersección de la 131 Poniente y la 27 Sur, donde hasta el pasado jueves llegaban las unidades de la ruta 34, pero que hoy en día sólo brinda servicio una de las alimentadoras. Por la mañana se pudo ver a decenas de personas en el acceso principal del fraccionamiento esperando el camión, que tarda hasta 8 minutos en llegar; apenas tenía pocos segundos de haber emprendido la marcha cuando la siguiente tanda de usuarios comienza a esperar de nuevo. “Deberían regresar los camiones viejos, manejaban rápido y estaban sucios, pero al menos pasaban”, lamentó Juan José, un joven que ante los retrasos en el paso de las unidades alimentadoras ya no alcanzó a llegar a tiempo a la universidad para un examen; “esto está muy mal planeado”, agregó. Hacia la zona de Castillotla el día comenzó igual; los padres de familia apresuraban el paso agarrando de la mano a sus hijos, quienes tropezaban para llevar el ritmo de sus progenitores. Martha Ávalos explicó que aunque se levantaron temprano estuvieron esperando la ruta alimentadora mucho tiempo, y decidieron mejor caminar para ver si todavía le aceptaban a su hijo en la escuela. La prisa, además, se debe a que en esta zona es común que se den los robos a cualquier hora del día, por lo cual incluso estos trayectos deben realizarse con cuidado para no ser víctimas de los delincuentes. Con más calma mientras veía cómo su hijo abordaba una ruta alimentadora, Carmen Hernández explicó que además de un buen transporte la zona requiere seguridad, pues muy pocas veces las patrullas circulan por el rumbo, así como también un servicio de agua potable más constante, ya quesólo llega dos veces por semana. A decir de otros vecinos entrevistados la mañana de este lunes, pero que por la prisa emitieron breves comentarios sin decir su nombre, esta zona de la ciudad es donde en realidad se requiere un transporte eficiente, puesto que representa a la clase obrera y además es la más abandonada. De hecho, casi todas las calles de Balcones del Sur y Guadalupe Hidalgo se mantienen sin pavimentar y la gente se ha acostumbrado a vivir así. Los vecinos de esta zona de la ciudad ya ni consideran la pavimentación como una necesidad, pues desde que tienen memoria las calles del extremo sur de la Angelópolis se han mantenido así, según confiaron a este medio durante un recorrido realizado la mañana de ayer por el rumbo. Atribuyen el sobrecupo en las unidades a que de momento es gratuito, pero después de dos meses sí resentirán el costo en sus bolsillos; denuncian falta de seguridad en la zona Carlos ROCHA Sin tener otra opción de traslado más que las rutas alimentadoras que llevan a la Línea 2 de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), vecinos del sur de la ciudad avalaron las nuevasunidades que pasan con “bastante frecuencia”, aunque el tiempo ganado se pierde al esperar el autobús que transita por el carril confinado. Por esta situación, habitantes de las colonias Balcones del Sur, Guadalupe Hidalgo y Castillotla, prefieren las antiguas unidades principalmente por los trayectos que éstas realizaban. Además, para abordar las alimentadoras los usuarios deben caminar hacia las estaciones determinadas y al final del trayecto todos se bajan en el mismo destino, el Metrobús. La frecuencia con que pasan las rutas alimentadoras mejoró este lunes en comparación con el fin de semana cuando los habitantes tenían que esperar hasta media hora o caminar por las calles, algunas sin pavimentar y otras poco iluminadas, característica de esta zona de la capital. Por esta situación, algunos de los entrevistados señalaron que prefieren los antiguos camiones que hacían paradas donde se pedía, además de que tenían que caminar menos. De igual forma, atribuyen que esta aceptación tiene que ver con el periodo de gratuidad, el cual termina en dos meses y es cuando afectará realmente el bolsillo de los usuarios del sur, que además habitan en una de las zonas de mayor pobreza de la capital del estado. A decir de Lucía Ramírez, quien vive en San Ramón, la situación se ha vuelto complicada, pues antes sabían perfectamente que con agarrar un solo camión podían llegar hasta la Central de Autobuses de Puebla (Capu), pero desde que entró en operación el nuevo sistema de transporte, la información ha sido escasa. “Pues sí, los camiones anteriores manejaban bien feo, pero ahorita casi ni pasaban y los que ahora pasan van muy llenos. Sí, es una cosa por otra, ahorita te subes y el conductor va bien presentado y sin la música alta, pero hay que caminar mucho”, comenta. Explicó que antes esperaba alrededor de 5 minutos por un camión de los Galgos, y ahora deben medir sus tiempos para poder llegar bien al trabajo o a la escuela. Algo similar se presentó en la zona del fraccionamiento Santa Clara, en la intersección de la 131 Poniente y la 27 Sur, donde hasta el pasado jueves llegaban las unidades de la ruta 34, pero que hoy en día sólo brinda servicio una de las alimentadoras. Por la mañana se pudo ver a decenas de personas en el acceso principal del fraccionamiento esperando el camión, que tarda hasta 8 minutos en llegar; apenas tenía pocos segundos de haber emprendido la marcha cuando la siguiente tanda de usuarios comienza a esperar de nuevo. “Deberían regresar los camiones viejos, manejaban rápido y estaban sucios, pero al menos pasaban”, lamentó Juan José, un joven que ante los retrasos en el paso de las unidades alimentadoras ya no alcanzó a llegar a tiempo a la universidad para un examen; “esto está muy mal planeado”, agregó. Hacia la zona de Castillotla el día comenzó igual; los padres de familia apresuraban el paso agarrando de la mano a sus hijos, quienes tropezaban para llevar el ritmo de sus progenitores. Martha Ávalos explicó que aunque se levantaron temprano estuvieron esperando la ruta alimentadora mucho tiempo, y decidieron mejor caminar para ver si todavía le aceptaban a su hijo en la escuela. La prisa, además, se debe a que en esta zona es común que se den los robos a cualquier hora del día, por lo cual incluso estos trayectos deben realizarse con cuidado para no ser víctimas de los delincuentes. Con más calma mientras veía cómo su hijo abordaba una ruta alimentadora, Carmen Hernández explicó que además de un buen transporte la zona requiere seguridad, pues muy pocas veces las patrullas circulan por el rumbo, así como también un servicio de agua potable más constante, ya quesólo llega dos veces por semana. A decir de otros vecinos entrevistados la mañana de este lunes, pero que por la prisa emitieron breves comentarios sin decir su nombre, esta zona de la ciudad es donde en realidad se requiere un transporte eficiente, puesto que representa a la clase obrera y además es la más abandonada. De hecho, casi todas las calles de Balcones del Sur y Guadalupe Hidalgo se mantienen sin pavimentar y la gente se ha acostumbrado a vivir así. Los vecinos de esta zona de la ciudad ya ni consideran la pavimentación como una necesidad, pues desde que tienen memoria las calles del extremo sur de la Angelópolis se han mantenido así, según confiaron a este medio durante un recorrido realizado la mañana de ayer por el rumbo. FOTO: ALIMENTADORA