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Estupefacientes, al alcance de todos

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DROGAS Estupefacientes, al alcance de todos

La vecindad Podcast

Memorias del Crimen

Habitantes y locatarios saben dónde están los negocios que comercian sustancias prohibidas, pero se hacen de la vista gorda y oídos sordos para evitar problemas Mario GALEANA Vecindades, tienditas, mercados, esquinas, casas, escuelas, centros deportivos... en colonias como la Héroes 5 de Mayo, Analco, El Alto y La Luz, así como en juntas auxiliares como la Ignacio Romero Vargas, la droga –sobre todo la marihuana, cocaína y piedra- se consigue en todas partes. La sustancia, sin embargo, corre también a través de los susurros de los habitantes y los locatarios de estas zonas, consideradas por el Centro de Integración Juvenil (CIJ) como “de alto riesgo de atención prioritaria”, ya que no hay persona que no conozca los puntos de venta y quienes han decidido dedicarse a este negocio: hombres maduros, mujeres adultas, jóvenes e incluso niños. Pero el temor los mantiene en silencio. Ante el movimiento de la droga han preferido bajar la vista y hacer oídos sordos, dado que, según apuntan, varias unidades de la Policía Municipal reciben “moches” de los sujetos ubicados en los puntos de venta de sustancias ilícitas. El negocio de la droga A las faldas de Los Fuertes de Loreto y Guadalupe, zona donde se encuentra Casa Puebla, se ubica uno de los puntos de narcomenudeo más notorios de la capital: la colonia Héroes 5 de Mayo. En ese lugar, la droga se distribuye en la Unidad Deportiva Francisco González y, sobre todo, en vecindades que son reconocidas por todos los locatarios y habitantes de la zona que se ubica en las cerradas de la calle 30 Oriente. Pero nadie quiere hablar. Y, cuando lo hacen, prefieren omitir sus nombres y de quienes han identificado como narcomenudistas. ¿Y quiénes venden la droga en estos puntos?, se le pregunta a una locataria de la zona que prefirióla gracia del anonimato. “Todos. En una vecindad vive toda una familia que se dedica a eso, desde los niños de secundaria hasta la mamá. Y en otra de las vecindades vende una bandita que siempre hace desmanes en toda la colonia. Se pelean, gritan en las noches y asaltan también en el deportivo”, refirió. A más de un kilómetro de distancia, en los barrios de La Luz, Analco y El Alto, la situación es la misma. La mayoría de los habitantes en la zona guarda un silencio receloso ante una problemática a la que, según refieren, están acostumbrados. “Aquí ya hasta nos acostumbramos a verlos. Los muchachos se paran en las esquinas o en las puertas de sus casas y vecindades y ahí atienden a los que llegan”, dice Eugenia N, habitante del barrio de El Alto. Eugenia aseguró que tan sólo en la avenida 5 Oriente, entre la 14 y la 18 sur, Se encuentran al menos cuatro puntos de venta de droga; todo ello ocurre, a su vez, a escasas dos cuadras de la Dirección General de la Policía Estatal Preventiva. Mientras tanto, el mercado de la droga se ha extendido también a centros de abasto como el de La Acocota, ubicado en el barrio de La Luz. De acuerdo con el testimonio de los locatarios, el narcomenudeo se da tanto al interior del inmueble como en los alrededores. “Aquí hay varios negocios que se disfrazan para andar vendiendo esas cosas. Son muchachos principalmente los que venden aquí y en los alrededores, porque también en las esquinas se paran a vender”, indicó un comerciante. Colusión de autoridades Al norte de la capital, en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas, la situación se presenta no sólo en vecindades, sino también en los alrededores de planteles educativos, como el Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (Cobaep), número 20, ubicado sobre la avenida Citlaltépetl, justo enfrente de donde se escenifica la pasión del viacrucis por el cual la junta auxiliar, conocida como Pueblo Nuevo, es reconocida a nivel nacional. ¿Túhas visto quiénvende?-, se le pregunta a un joven de aproximadamente 18 años, estudiante en el plantel y habitante de la zona. “Sí”. —¿Y quién vende? “Eso no se puede decir”. ¿Y la policía?-, se le inquiere de nuevo. “La policía recibe mordidas. Ellos se paran con los que venden y los que venden les dan dinero o a veces hasta droga”, señaló. Al igual que en Pueblo Nuevo, locatarios y habitantes de los barrios de Analco y El Alto reconocen haber visto a unidades de la Policía Municipal sostener diálogos y recibir moches por parte de los narcomenudistas. Y la PGJ dice... Durante los primeros meses del año la Procuraduría General de Justicia (PGJ) en el estado detuvo a 31 personas implicadas en el delito contra la salud en su modalidad de narcomenudeo. Junto con el Estado de México, la entidad se ubica en el lugar número siete a nivel nacional, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). De igual manera, el Informe Estadístico Histórico por Entidad Federativa y Año del Centro Nacional de Control de Bienes Asegurados (Cenacba) de la Oficialía Mayor de la PGJ detalla que, durante el año pasado, en Puebla fueron asegurados mil 304 kilos y piezas de droga.