Periodismo con causa

Transporte público, calvario de apretones y arrancones

Transporte público, calvario de apretones y arrancones
TRANSPORTE 3 Transporte público, calvario de apretones y arrancones

La vecindad Podcast

Memorias del Crimen

Maribel VELÁZQUEZ TRANSPORTE 3“Súbale, súbale, hay lugares aquí atrás, grita el chalán del chofer de la ruta 147, mejor conocido como El Plus entre sus usuarios, esto a pesar de que ya hay personas quienes casi cuelgan de la puerta por la cual se aborda la unidad. El aglutinamiento no es anormal cuando son las 20:30 horas, y este es uno de los últimos autobuses que pasarán a la altura de Circunvalación y bulevar Valsequillo con dirección a Cuauhtinchán, municipio que está a hora y medio del centro de la capital poblana, del cual cada día salen decenas de trabajadores, desde los obreros de la construcción, empleadas domésticas y estudiantes, cuenta Silvia Tirado Vázquez, universitaria. Tirado Vázquez comenta que a diario toma el autobús por la noche, pues no sólo estudia sino también trabaja. En sus viajes ha pasado de todo, desde ir casi colgada, ya sea en la puerta de ascenso o descenso, hasta ser toqueteada por un atrevido, quien aprovecha el acercamiento de los cuerpos, la falta de luminosidad en el interior del vehículo, así como la música a alto volumen, que incluso hacen vibrar los vidrios de las ventanas. El autobús va atascado, cuando la gente que va cerca del chofer no puede recorrerse hacia atrás, entonces entra su ayudante, quien permanece en la puerta designada para bajar con la finalidad de invitar a los posibles pasajeros a que suban a pesar del reducido espacio, lo cual te hace sentir el calor humano después de una ardua jornada de trabajo, detalla Tirado Vázquez. El acercamiento entre los pasajeros que van de pie es inevitable si se quiere llegar a su hogar, es probable que si hubiera más unidades se evitarían este tipo de complicaciones, las cuales se agravan pues en promedio pasa una unidad cada media hora, y hay momentos del día cuando pasan cada hora, declaró la alumna de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Las complicaciones que ha pasado Silvia Tirado no sólo ocurren a los pasajeros de unidades suburbanas, sino que también se dan en las unidades urbanas, así lo menciona Juana Morales Landino, de 70 años de edad, quien al ser una adulta mayor es ignorado en diversas ocasiones por los operadores. Una de las unidades que más minimizan a los ancianos es la ruta 72 pues no hace la parada cuando se lo solicitan, y puede tardar varios minutos en circular otra unidad, lo cual es lamentable pues “si se viaja es por cumplir con compromisos”, afirma Morales Landino. Las travesías de esta mujer de 70 años se han caracterizado por el alto volumen de la música, los arrancones, y el permitir que los pasajeros vayan colgados de las puertas. “A mí sí me gustaría que sí manejaran con más precaución, luego van muy fuerte, dan jalones, sobre todo cuando uno está más grande tiene que tener más de seguridad, se van rapidísimo, no sé si sea por el tiempo que les cobren”, comenta Morales Landino. Además de los pasajeros, un elemento fundamental en los traslados es el operador. “Hay choferes buenos, hay choferes malos, así como hay pasajeros buenos y malos también”, explica Pedro López Alcántara, conductor de la Ruta 30 A, quien ya lleva 10 años al frente del volante, es decir, una tercera parte de su vida. López Alcantara indicó que la actual ruta en la cual trabaja ha sido la mejor, pues pasa justo por su casa, y eso hace que pueda ahorrarse el dinero de la comida pues rápido pasa a traer algo de comer, además de que se la lleva suave con los checadores. Mencionó que en su caso, los domingos le demandan entregar una cuenta de 850 pesos, aparte debe poner alrededor de 700 pesos de gasolina, y lo que resta es para su familia a la cual deja de ver desde las 4 horas y se reencuentran hasta las 22 o las 23 horas. El tráfico, la entrega de una cuota a los jefes, el mal clima, ya sea un calor, frío y la lluvia, son sólo algunas de las complicaciones que deben de enfrentar los operadores de unidades del transporte público. Otra complicación es la de enfrentarse a la inseguridad, pues ya en cuatro ocasiones lo han asaltado, dos en el último año, situaciones de las cuales no son conscientes los usuarios de la micro que maneja. Algunos actores que pueden ser aliados de los conductores son los checadores, quienes registrar la hora de llegada de la unidad y le dan la señal de salida. Tal es el caso de Minerva Baltazar Baltazar, quien desde las 5:50 horas ya está lista para comenzar a registrar la llegada de los autobuses. Baltazar Baltazar está pendiente de dar la salida a cada una de las unidades de transporte y a pesar de que a veces padece de las inclemencias del tiempo al no tener acceso a un sanitario, se ha acoplado por necesidad, pues es madre de dos menores quienes asisten a la escuela.