A cinco años de distancia, la meta del segundo eje estratégico del Plan Estatal de Desarrollo: Igualdad de Oportunidades para Todos, está lejos de consolidarse, tras reunir en un solo territorio a la sexta zona metropolitana (Puebla-Tlaxcala) con mayor competitividad del país y dos de las ciudades con la peor capacidad productiva: Tehuacán y Teziutlán, siendo ésta última la segunda peor zona del país en cuanto a competencia se refiere.

El gobierno de Puebla se había comprometido a reducir la brecha social, mediante un desarrollo integral de la población para elevar la calidad de vida, según se plasma en el eje rector que integra el plan de gobierno 2011-2017 correspondiente a la gestión de Rafael Moreno Valle; sin embargo, los resultados dados a conocer en el Índice de Competitividad de las Ciudades Mexicanas 2016 por la consultora Aregional, plantean un escenario distinto.

De Puebla, figuran tres zonas metropolitanas. Solo una de ellas, compartida con Tlaxcala, que es la capital poblana se logró posicionar en el sexto lugar nacional de un total de 102 ciudades y zonas metropolitanas evaluadas, obteniendo un grado de competitividad alto, es decir, con un ambiente empresarial propicio para la atracción de inversiones y la generación de empleo, mejor equipamiento para la población, vivienda y empresas.

Este escenario contrasta con el reportado por Tehuacán, cuya administración a cargo de la presidenta Ernestina Fernández Méndez, ha colocado a la ciudad en el lugar 79 con una baja competitividad, menor a 55 puntos de un total de 100 que ubicó Aregional en la medición de las ciudades con tamaño de población mayor a los 90 mil habitantes.

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La peor calificación se obtuvo en otro municipio poblano: Teziutlán, que se colocó en el lugar 101, es decir, la penúltima posición del país, con la más baja competitividad. La administración actual corresponde a Edgar Vargas Hernández, cuya ciudad presentó las evaluaciones más bajas en atracción de inversiones, generación de empleos con valor agregado, educación de calidad, mejora de infraestructura y uso responsable de recursos naturales.

De las 102 ciudades y zonas metropolitanas evaluadas, solo 19 se situaron en un nivel alto de competitividad, 33 en un nivel medio y 50 en condición crítica, como es el caso de Tehuacán y Teziutlán.

En primer lugar se posicionó la zona metropolitana de Valle de México y Monterrey, al presentar un alto nivel de desarrollo humano, importantes niveles de educación superior en su población, alto nivel de emprendimiento, impulso a la calidad del empleo y elevados niveles de ahorro y financiamiento empresarial.

En contraste, ciudades como Tehuacán y Teziutlán, a la par del último lugar ocupado por Moroleón y Uriangato en Guanajuato, presentan limitantes en su crecimiento económico, débiles mercados financieros e insuficiente acceso al financiamiento empresarial, rezagos en infraestructura de telecomunicaciones, bajo acceso tecnológico e innovación, y débil acceso y calidad de la educación, además de alta informalidad laboral.

En los principios rectores del Plan Estatal de Desarrollo de Puebla, se establece: intervención gubernamental encaminada a favorecer la equidad, generación de oportunidades e impulso a la competitividad, no obstante, la realidad mostrada por la consultora Aregional dista de estas buenas intenciones plasmadas en el eje rector del gobierno, a un año del término de la actual administración morenovallista.