La producción y venta de ceras en el centro histórico de la capital poblana ha ido a la baja en los últimos años debido al cada vez mayor desapego a la religión y la falta de interés de los jóvenes en adoptar las tradiciones en donde se utilizan este tipo de productos, así lo aseguraron diferentes vendedores entrevistados por El Popular, diario imparcial de Puebla, en un recorrido que se hizo por distintas tiendas dedicadas a la venta de velas y veladoras. Para el señor Celerio Luna Flores, que es el dueño de la tienda Ceras y veladoras La Jalapeña, la venta en esta época del año ha sido bastante regular y hasta se aventura a decir que ha disminuido. Culpa de la falta de venta a la economía nacional y al cierre de las calles del centro histórico por el desalojo de ambulantes que se dio hace un mes.
Fotos: Karen RojasCelerio lleva 16 años en su local y asegura que la disminución en este 2016 ha sido de las más notables, pues oscila entre un 10 y un 20 por ciento menos que el año anterior. Pese al panorama, La Jalapeña tiene una afluencia constante y su dueño calcula que al día y en esta época del año, se venden cerca de 4 mil velas de todo tipo. A unos pasos de la tienda de Celerio, atiende un señor octogenario de nombre Lorenzo Rojas Alarcón y que es el encargado de otra tienda especializada en ceras y veladoras. En su opinión, la disminución de las ventas ha sido cercana al 30 por ciento y la poca afluencia que ocupa el lugar confirma lo dicho. Al preguntarle sobre el tipo de clientela que acude se muestra triste al afirmar que gran parte es de la tercera edad y muy pocos jóvenes se acercan. "Yo creo que actualmente ya hay muchas religiones y los jóvenes ya no se interesan mucho a estas cuestiones por lo mismo del internet y las nuevas tecnologías, ahora ya están más metidos en sus teléfonos y las iglesias cada vez están más vacías", declaró. Por otro lado, el dueño de la cerería Albert tiene una actitud distinta, pues su optimismo y pasión por su negocio arde con la intensidad que lo hace la mecha de una veladora que está al fondo de su local. Alberto Luna López, dueño del negocio, se dedica a la fabricación y venta de velas desde los 15 años. En su opinión, no piensa que la tradición de comprar velas y veladoras vaya a desaparecer en unos años y lo demuestra al afirmar que vende al día cerca de 3 mil velas en total. "Lejos estamos de que esto desaparezca porque mientras exista la fe y la religión, mientras que una persona, ya sea joven o vieja, quiere pedirle algo a Dios, entonces nosotros vamos a tener campo de trabajo y vamos a venderles sus veladoras para que le rece", aseguró. El precio de la ceraUn factor que puede afectar a que la venta de velas vaya a menos son los precios para el año entrante; los vendedores entrevistados prevén un aumento en el producto en 2017, pues la parafina que utilizan para fabricar su productos viene de China y aseguran que ésta se cotiza en dólares. Al elevarse el tipo de cambio desde mediados de año, los productores han tenido que absorber el aumento y aseguran que si el dólar sigue subiendo su valor, se reflejará en el precio al consumidor en 2017. Confirmaron que la parafina debe de ser forzosamente de importación, pues la poca que se fabrica en México es de mala calidad y no funciona para que las veladoras duren prendidas por mucho tiempo. Los productos que más se venden en las tiendas en esta temporada son las docenas de veladoras y las velas individuales de espiral. El precio de las docenas inicia en 35 pesos y llegan hasta los 60, aunque una veladora de gran tamaño puede llegar a 80 pesos. El precio de las veladoras depende del tamaño aunque, en algunos casos, también tiene que ver la calidad con la que están hechas. Cuando el paquete es de precios menores a los 40 pesos es posible que las veladoras estén rebajadas con pasta, lo que ocasiona que la duración de la llama se reduzca a la mitad de una hecha cien por ciento con parafina. |