ASF no tiene la “verdad absoluta”: contralor de Puebla
Alejandro Torres Palmer señaló que las solicitudes de aclaración “no tienen carácter definitorio”; aceptó no solventarlas al 100%
Las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) no son definitorias "ni representan la verdad absoluta", dijo el titular de la secretaría de la Contraloría, Alejandro Torres Palmer, al ser cuestionado sobre las irregularidades que señaló el máximo órgano fiscalizador sobre el segundo piso de la autopista México-Puebla. "Toda observación o solicitud de aclaración no tiene carácter definitorio, no quiere decir que lo que diga la Auditoría es la absoluta verdad, por eso hay un procedimiento para que nosotros como estado fiscalizador podamos atender dicha observación, por eso hay tiempos para poderlo resolver", justificó. Torres Palmer señaló que las principales irregularidades fueron halladas en la cuenta pública de 2014, cuando la ASF documentó el sobrecosto de los materiales unitarios y del peaje planteado, así como la falta de un proyecto técnico para iniciar la obra, lo que derivó en alteraciones a las longitudes del proyecto. Así, reconoció que aún no queda solventadas al 100 por ciento estas observaciones, mismas que se atenderán a la brevedad; no obstante, la Contraloría hizo revisiones físicas y pruebas de calidad que se cumplieron de forma satisfactoria. Respecto a la cuota de peaje y al proyecto ejecutivo, señaló que fueron avalados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), por lo que no existe mayor suspicacia. El segundo piso de la autopista México-Puebla es una de las obras más caras que se desarrollaron en la administración y, aunque se tasó en 10 mil millones de pesos, el costo final fue de 10 mil 500 millones de pesos; pese a ello, el titular de la Contraloría insistió en que no hubo sobrecostos y que el estado no erogó un peso en la obra, ya que la inversión provino del capital privado y del gobierno federal. Durante su comparecencia ante el Congreso del Estado de Puebla, Torres Palmer también dio a conocer que, durante el sexenio, se realizaron mil 279 auditorías para revisar la calidad de más de mil 130 obras, que sumaban una inversión de 28 mil 800 millones de pesos y en las que se procesaron 8 mil pruebas de calidad. El secretario también fue cuestionado por el seguimiento que debió hacer de la enajenación de bienes inmuebles, a fin de garantizar el destino y proceso transparente de los precios a los que se vendieron los distintos predios, ya que se recurrió a las subastas y no hay rendición de cuentas; en respuesta, Torres Palmer dijo que los procesos de apegaron a la Ley General de Bienes del Estado. |