Baches y banquetas rotas, plaga en la Resurgimiento

Los vecinos denuncian que durante los fines de semana algunos jóvenes consumen bebidas alcohólicas en la vía pública

Muy poca gente pasa por las banquetas de la colonia Resurgimiento, y es que en varias partes es casi imposible circular por las calles de esta colonia, pues como lo dice su nombre, del cemento de las banquetas resurgen diversas plantas y raíces que invaden las vialidades.

Incluso, algunos cables cuelgan de las alturas y en las paredes los grafitis son la decoración más común. Entre la calle 26 Norte y la 6 Oriente camina sin prisa un señor de casi 80 años de edad, José Alfredo Soto Cinto, mientras esquiva la maleza de las calles plática con calma sobre los problemas de su colonia en la que vive desde hace décadas.

Al cuestionarlo sobre las carencias de la colonia no duda en señalar lo que está a la vista de todos, los baches que se han vuelto una plaga en cada una de las vialidades de la colonia Resurgimiento. Un catálogo de baches, desde los más austeros hasta los que se vuelven ofensivos son los que se pueden encontrar en la colonia. El señor Soto Cinto afirma que el bacheo se hace cada año y de poco sirve, pues a los pocos meses ya está de nueva cuenta abierto el hoyo.

A las pocas cuadras de la colonia, cruzando la 24 Norte, se encuentra una de las cuadrillas que participa en el programa municipal de Bachetón; sin embargo, parece que ningún vecino ha querido denunciar la cantidad de baches que hay en las calles o sólo las cuadrillas no quieren o no llegan hasta ahí.

Al caminar unos pasos por la colonia es inevitable encontrarse en las esquinas de las calles latas o botellas de cerveza que fueron abandonadas y que denuncian la permisividad que hay en la zona en donde se puede beber en la calle y hasta darse el lujo de dejar la basura en los camellones o banquetas. Este hecho es confirmado por la señora Norma Vázquez Méndez, quien afirma que sobre todo los fines de semana hay personas que no les da ningún remordimiento beber en la vía pública.

La señora afirma que la gente puede beber en la calle porque no hay presencia de la policía en la zona con regularidad, pues afirma que las patrullas sólo pasan en las inmediaciones del Parque Ecológico, pero no llegan a meterse al interior de la colonia en la que habita, por lo que afirma que desde hace aproximadamente dos años la zona se ha vuelto más peligrosa.

En la misma situación, se encuentra la declaración del señor, Juan de Dios Bañuelos Meza, pues según su testimonio a él ya le ha tocado que se metan a robar a su casa y señala que en casi todos los negocios de la zona les ha tocado algún tipo de asalto. El caso en el que pone más énfasis es el de una tiendita de abarrotes que se ubicaba en la calle 28 Norte, pues afirma que eran tan constantes los asaltos a mano armada que el negocio tuvo que cerrar hasta convertirse en una papelería que con trabajos subsiste.

El señor que denuncia la inseguridad se suma al reclamo por las condiciones en la que se encuentra el mobiliario urbano y da cuenta de varios detalles que pasan desapercibidos a simple vista como, por ejemplo, que algunas de las luminarias se encuentran encendidas, pese a ser cerca de la una de la tarde y el deterioro en el que se encuentran los botes de basura de ciertas esquinas.

Enfrente de la casa del señor Bañuelos Meza se encuentra una estética, en la que Luis Mario Ovando Ortega declara que en su opinión urge colocar un semáforo o un tope en el cruce de la 2 Oriente y 28 Norte. De acuerdo con su experiencia en ese cruce cada mes hay un choque debido a que los automovilistas lo toman como pista de carreras, lo que convierte a la calle en zona de alto riesgo para personas de la tercera edad y niños pequeños.

El joven que declara afirma que en la zona no hacen falta servicios básicos como el agua o la basura, pero lo que sí le exige a las autoridades es que coloquen la señalética para indicarle a los automovilistas el límite de la velocidad o que inviertan en mínimo un tope en cada esquina.

Al terminar de hacer el recorrido por la colonia, de nueva cuenta se encuentra la flotilla de trabajadores del municipio perteneciente al Bachetón, es la hora de la comida y ya casi terminan con sus alimentos. Al preguntarles si no tienen intenciones de ir a la colonia que se encuentra llena de baches, los trabajadores aseguran que hasta que les llegue un reporte oficial no pueden mandarse por sí solos. La flotilla levanta sus cosas y se retira del lugar, mientras la colonia espera que algún día pueda resurgir de todos esos baches que la tienen hundida.

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