Mientras que en el trienio del exedil Eduardo Rivera Pérez se avanzó en liberar el espacio público de los portales del Zócalo capitalizado por restauranteros y se planteó replicar esto en el resto del Centro Histórico, en Los Sapos ha comenzado el apartado.

Comerciantes de la vendimia de antigüedades denunciaron que a finales de 2016 se colocó el primer enrejado en un restaurante de la esquina de la 5 Oriente y en otro más hay rencillas por la instalación de mesas.

En el primer caso, una estructura de herrería protege un espacio que abarca cerca de 2 metros frente a todo el inmueble rotulado como Restauro La Abarrotera, situación prohibida en el reglamento de los portales que exigía el retiro de obstáculos.

En las horas de mayor afluencia de comensales, en el espacio resguardado se colocan mesas y sillas para ampliar la capacidad de servicio y venta del restaurante; sin embargo, la mayor parte del día, incluso en fines de semana, se mantiene el lugar vacío.

Tras la instalación del cerco, el Ayuntamiento visitó el establecimiento y tomó fotografías, empero, a casi tres meses de ello no se ha registrado ningún cambio para liberar el espacio.

Sobre el segundo caso se han generado discusiones con la locataria que argumenta una "fuerte" inversión para poner su negocio y, aseguró, cuenta con los permisos.

El Código Reglamentario Municipal (Coremun) abre la posibilidad del uso de espacio público para instalar mobiliario de restaurantes que cumplan con requisitos, en el caso de Los Sapos se contradice con los permisos que tianguistas han tenido por más de 30 años.

Aunque el municipio planteó en 2016 un reordenamiento, no se les ha hecho una notificación oficial y el apartado se negocios les obligó a reacomodarse.