Estudiar, una travesía difícil para los jóvenes indígenas poblanos

Las trabas van desde acceder a una matrícula en el proceso de admisión, hasta adaptarse a la actividad citadina

Ser un joven indígena en la ciudad de Puebla implica dificultades que llevan a que sólo el 3 por ciento de quienes están en edad de ir a la universidad culminen estudios, así lo revela un estudio del Colegio de Postgraduados de la entidad.

Las trabas van desde acceder a una matrícula en el proceso de admisión, hasta adaptarse a la actividad citadina en temas que involucran discriminación, inseguridad y soledad.

La investigación Procesos de Adaptación de Jóvenes Indígenas que Acceden a la Educación Superior de la Ciudad de Puebla, México de Evaristo Ortiz Zempoalteca, Beatriz Martínez Corona y María Méndez y Cadena, se centra en entrevistas a jóvenes que lograron cursar más de 50 por ciento de estudios.

Por un lado, explican, están dificultades para todos los jóvenes mexicanos; uno de cada 10 entra a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y 2 de cada 5 a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

En el caso de los estudiantes poblanos de origen indígena, se suma el hecho de antecedentes de su entorno como las carencias, la pobreza, la discriminación y la exclusión social.

Por otra parte, una vez que logran entrar a la universidad se suman conflictos relacionados con la vivienda, la convivencia con otros alumnos, los riesgos de la ciudad y la falta de compañía.

Se detalla que por falta de entendimiento con compañeros entre los jóvenes entrevistados se coincide en que en poco tiempo tienen que buscar un lugar diferente para vivir.

Las diferencias de entorno y culturas los llevan a enfrentar dificultades para relacionarse con compañeros, esto se observó sobre todo en el caso de quienes llegan a universidades privadas.

Los asaltos en espacios y transporte público fue otro punto de coincidencia entre entrevistados, al ser esto ajeno en sus comunidades de origen, muchos de ellos ponen en duda la permanencia en la universidad tras ser víctimas de robo.

La investigación destaca cuestionamientos relacionados con la soledad que los jóvenes llegan a sentir por no tener ni a su familia ni a alguien que comprenda su entorno indígena, para compartir experiencias universitarias.

En el tema económico algunos de los estudiantes participantes reconocieron que han tenido que evaluar el dejar el proceso pues sus padres no tienen cómo apoyarlos y que en algunos casos acceden a apoyos de conocidos.

A pesar de las dificultades la experiencia de las entrevistas refleja que los jóvenes ven como importante el conservar el uso de su lengua mientras estudian, a diferencia de quienes dejan comunidades para trabajar.

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