Invierten desde Estados Unidos en taller de talavera

Ana María cambió el giro de su negocio con el programa 3x1 para migrantes, una suma de aportaciones para crear proyectos productivos

Cuando los hermanos de Anita decidan regresar a Puebla después de más de una década en Estados Unidos, ya contarán con un patrimonio y la posibilidad de generar ingresos mientras se insertan de nueva cuenta al modo de vida y lo que ofrece su país.

En 2013, Ana María Juárez Daniel, originaria de Santa María Cocoyotla, localidad de San Pedro Cholula, no contuvo más el alza del precio del petróleo que servía como materia prima para la elaboración de ladrillos y pretendió cambiar el giro de su negocio a productos de barro; sin embargo, el desconocimiento y la falta de experiencia la llevaron a no tener éxito en el primer intento.

Luego de unos meses, sus hermanos en Estados Unidos le informaron de la existencia del programa 3x1 para Migrantes, en el que aportarían como trabajadores una parte de la inversión para concretar un proyecto productivo y el resto lo pondría el gobierno federal a través de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

En ese mismo año, Anita, junto con sus socias, fue acreedora a un millón de pesos para echar a andar un taller de talavera; en ese entonces la mitad del recurso, fue puesta por los migrantes y la otra parte por Sedesol

"Este programa ayuda a que los paisanos guarden su dinero y lo inviertan aquí, muchos de los que se van no saben que existe y se les hace fácil gastarse su dinero, y se regresan sin nada después de muchos años de trabajo", dijo.

El 3x1 para Migrantes

El programa 3x1 para Migrantes tiene el objetivo de ayudar de forma directa a todas aquellas familias que dejaron los que partieron a Estados Unidos. Se concierta de la gestión de apoyos de tres componentes: los recursos de los migrantes, dinero del gobierno federal y un apoyo proveniente del Ayuntamiento en el que se gestione un proyecto.

El delegado de Sedesol, Juan Manuel Vega Rayet, explicó a El Popular, diario imparcial de Puebla, que para acceder al apoyo, los migrantes deben solicitarlo, pero constituir previamente un "club" que agrupe al menos a 10 personas para decidir las obras que se realizarán para sus familias. El siguiente paso es gestionar el proyecto con las instancias federales y municipales, para que se analice su viabilidad.

"Los recursos se utilizan para diversas estrategias, para remodelar áreas públicas, meter drenaje, pavimentaciones, proyectos productivos; en fin, hay una gran gama de participación y esto lo determinan los migrantes que se encuentran en Estados Unidos con los club y los familiares de los migrantes que están radicados en México, de esta manera se hace esta mezcla de recursos de ellos con los públicos para que se puedan alcanzar metas mayores", dijo.

Una vez que se acordó el proyecto por parte de los migrantes y sus familias, se gestionan los recursos necesarios para que los gobiernos municipales y el federal analicen su aportación, se establezcan plazos y los alcances, que deben ser sociales para beneficiar a la mayor cantidad de personas posibles.

Luego, se establece un periodo de evaluación de proyectos para analizar las solicitudes, mismas que son avaladas por un consejo conformado por invitados de universidades, presidentes municipales, las familias de los migrantes, la Sedesol y el visto bueno de los clubes que aportarán el recurso desde Estados Unidos.

Los municipios más beneficiados con estos programas son principalmente de la Mixteca poblana y demarcaciones con un alto índice de expulsión de migrantes, como Acatlán de Osorio, Chiautla de Tapia, Tulcingo del Valle, Jolalpan, Teotlalco, Atlixco, Tehuacán y Ciudad Serdán, entre otros.

Vega Rayet explicó que, en la actual administración federal, se han invertido 158 millones 362 mil 496 pesos en el programa con la aportación de los tres involucrados; en tanto, la Sedesol ha aportado 52 millones 787 mil 498 pesos.

Los apoyos continuaron

Cuando se liberan las solicitudes para recibir los apoyos, los clubes en Estados Unidos pueden solicitar otros proyectos con sus familias en México, explicó la beneficiaria, ya que después de su proyecto -el taller de talavera-, se solicitaron recursos para la colocación de otros negocios.

"Nosotros sólo en esa ocasión recibimos el dinero, de ahí aprovechamos el recurso, lo hemos trabajado y hemos tratado de crecer solas, porque si cada año recibiéramos ese recurso nos hacemos dependientes y eso no nos va a dejar crecer", apuntó.

Fotos: Karen Rojas

Ahora, los productos del taller de talavera se colocan en otros países, en el estado y en el país por el trabajo que hacen las 14 socias del proyecto, quienes participan de manera activa, porque en el negocio se invirtió el recurso de sus familiares en América del Norte.

"Tenemos unos clientes fijos que son de Bolivia y de Colombia, vienen dos tres veces al año, nos piden por mayoría y esos ya son permanentes, aparte los que vendemos en Estados Unidos y también mandamos piezas a otros lugares, pero espero que se incrementen algunas Alemania, España y Australia", agregó.

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