Mientras el gobierno estadounidense encabezado por Donald Trump prevé la construcción de un muro en su frontera y en Centroamérica persisten conflictos sociales, investigadores del fenómeno migratorio advierten que en México podría aumentar el tiempo de estancia de quienes no logren cruzar.

Amanda González Ochoa, directora del Observatorio Ciudadano sobre Políticas Públicas para Migrantes en Puebla, explicó que esta situación ya se observa desde hace tiempo en la ciudad fronteriza de Tijuana.

Sin embargo, al incrementar las restricciones en el país del norte y persistir la necesidad de migrar en el sur, los transmigrantes podrían optar por quedarse en diferentes partes de México.

Para el caso de centroamericanos en tránsito, resalta el trámite de refugio por ver en riesgo su vida, seguridad, libertad e integridad, obtenido el reconocimiento se puede acceder a la residencia permanente.

González Ochoa señaló que se requieren políticas públicas para atender de forma más amplia este posible incremento en la estancia y las consecuencias que tendrá.

La investigadora afirmó que México puede ganar por el hecho de recibir a migrantes con preparación académica, pero también adquirir compromiso con población que con dificultad pueda acceder a la seguridad social.

Para González Ochoa, México también puede ser visto como un país de oportunidades para los países del sur, por la estabilidad que representa frente a otros conflictos sociales que se enfrentan en Centroamérica.

Refugiados a la baja

Previo a la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, México había visto una disminución en la reducción de extranjeros, principalmente centroamericanos, en búsqueda de refugio.

De acuerdo con estadísticas de los últimos cuatro años de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), perteneciente a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), 2015 tuvo más solicitudes con 3 mil 423.

En 2013, fueron mil 226; para 2014, se alcanzaron los 2 mil 137; y para 2016, hubo un caída de 74.5 por ciento con respecto al año anterior, pues sólo hubo 875 casos.

La Comar detalla datos por país de origen sólo de 2013 al 2015 y las cifras son encabezadas por migrantes centroamericanos de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua que en promedio en tres años concentran 83.5 por ciento.

El promedio de este periodo indica que los hondureños representaron el 45.6 de solicitudes de refugio; los salvadoreños el 35.2; los guatemaltecos el 3.8; y los nicaragüenses el 1.1.

La información de 2013 a 2016 que proporciona la Comar indica que en promedio en esos años, sólo 26.6 de solicitantes obtuvo el refugio con la posibilidad de tramitar después la residencia permanente.

Aunque 2016 fue el año en que disminuyeron las solicitudes de manera significativa, fue en el que más se otorgó el refugio con un total de 40.8 por ciento, mientras que 2014 fue el más bajo pues sólo se alcanzó 21.2 por ciento.

Duplica Puebla niveles de retorno

Por otro lado, la Unidad de la Política Migratoria de la SRE detalla que entre 2013 y 2016, las cifras de extranjeros presentados ante una autoridad migratoria en Puebla y devueltos a sus países, casi todos centroamericanos, se duplicaron.

Al revisar sus estadísticas se observa que el año 2013 registró mil 25 presentaciones; para 2014 se alcanzó la cifra más alta con 2 mil 362; en 2015 hubo mil 989 casos; y el año pasado, cerró con poco menos, mil 939.

De los casos registrados en Puebla durante ese periodo, 95 por ciento correspondieron a personas de origen guatemalteco, con 3 mil 57 registros; hondureño, con 2 mil 313 y salvadoreño, con mil 566.

En tanto, que en promedio en esos cuatro años, se decidió devolver por deportación o trato asistido, al 87 por ciento de los presentados ante alguna autoridad migratoria de la entidad.

Entre 2013 y 2016 aumentaron los casos de presentados pero también disminuyó el porcentaje de quienes fueron devueltos a su país de origen, en el primer año se alcanzó 91.8 por ciento y el último alcanzó 78 por ciento.